55 años sin Victorio Codovilla: El gran organizador

El 15 de abril de 1970, en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas —país del poder obrero—, fallecía el camarada Victorio Codovilla, uno de los principales organizadores del partido del proletariado argentino y figura histórica del movimiento comunista internacional.

A 55 años de su partida, su legado político y organizativo continúa vigente en las filas de quienes, desde una trinchera revolucionaria, luchamos por reconstruir un Partido Comunista con vocación de poder, con estrategia revolucionaria y con firme decisión de combate contra la burguesía y el imperialismo.

Un militante contra el oportunismo

Codovilla fue blanco de la crítica constante de los sectores burgueses y pequeñoburgueses, tanto de derecha como de “izquierda”. Desde la ultraderecha reaccionaria, el peronismo, el radicalismo liberal, hasta el trotskismo, todos han intentado ocultar o tergiversar el papel histórico de Codovilla. Sin embargo, su aporte a la construcción del primer partido comunista de América Latina y su incansable labor como organizador del movimiento obrero argentino, son hechos innegables que el revisionismo y el liquidacionismo no pueden borrar.

Como todo revolucionario, Victorio cometió errores. La caracterización equivocada del capitalismo argentino o la estrategia frentepopulista son ejemplos de ello. Pero reconocer estos errores no implica renegar de su figura, sino recuperar críticamente su experiencia para fortalecer el proyecto revolucionario del presente.

El Partido como instrumento de combate

Junto a Rodolfo Ghioldi, Codovilla encabezó la construcción del Partido Comunista Argentino, concebido no como un aparato electoral, sino como un instrumento revolucionario de combate. Bajo su dirección, se forjaron herramientas políticas fundamentales: una prensa de masas que resistió incluso en los momentos más crudos de represión, una inserción sólida en el movimiento obrero, y una estructura partidaria firme, capaz de resistir y contraatacar en las condiciones impuestas por la lucha de clases.

A medio siglo de su muerte, esa claridad organizativa y política sigue siendo una guía para los comunistas que luchamos por reorganizar el partido de la clase obrera argentina.

Organización, educación y vigilancia revolucionaria

Codovilla comprendía que sin organización no hay revolución, y que sin vigilancia ideológica, el partido se convierte en presa fácil de las desviaciones oportunistas. Por eso, puso siempre en el centro la necesidad de una estructura orgánica disciplinada, unida por principios revolucionarios claros, y alejada de toda lógica electoralista o seguidista.

En sus propias palabras:

Organización y educación, estos son los problemas esenciales que debemos esforzarnos por resolver cuanto antes, si queremos consolidar y desarrollar a nuestro Partido y transformarlo en el gran partido que necesita nuestra clase obrera y nuestro pueblo para conseguir el triunfo en sus luchas.
Nuestro Partido tiene la misión de dar contenido revolucionario a todas las luchas, grandes y pequeñas, de carácter obrero y popular, planteando los objetivos a obtenerse en las diversas etapas del desarrollo de la situación, creando la organización adecuada, dando dirección firme y segura al movimiento, en función de la lucha por la realización de la revolución.

Independencia de clase: línea fundamental

Uno de los aspectos más importantes del legado de Codovilla —y más abandonados por los actuales liquidadores del comunismo argentino— es la defensa irrestricta de la independencia política de clase. Su insistencia en que el Partido Comunista no debía jamás actuar como furgón de cola de la burguesía ni subordinarse a proyectos ajenos a los intereses del proletariado, sigue siendo una enseñanza estratégica de plena actualidad.

En uno de sus escritos dejó en claro:

No olvidar que el Partido nunca debe, por razones tácticas o en procura de fáciles resultados, presentarse como una fuerza auxiliar de otros partidos, sino como un partido independiente, un partido que tiene y propone soluciones nacionales a todos los problemas y que por eso es el centro, la fuerza decisiva sin la cual no es posible la solución de ningún problema de fondo en beneficio de la clase obrera, del pueblo y de la Nación.

Herencia viva de lucha y compromiso

A 55 años de su fallecimiento, Victorio Codovilla descansa en el Cementerio de Novodévichi en Moscú, junto a otras grandes figuras del movimiento comunista internacional. Pero su bandera sigue en alto. La levantamos quienes asumimos la responsabilidad histórica de reconstruir el Partido Comunista que necesita la clase obrera argentina para cumplir su misión histórica: ser sepulturera del capitalismo y constructora de una sociedad socialista.