El Partido Comunista es el partido de los proletarios; es quien representa mejor los intereses de la clase obrera, ya que se guía por la ciencia del marxismo-leninismo. Y cuando hablamos de la construcción del Partido Comunista, que se dio en 1918 en nuestro país, tenemos que hablar de uno de sus pilares: Rodolfo Ghioldi.
Cuarenta años hoy se cumplen de aquel día en que dejó de pensar el arquitecto del comunismo argentino, aquel fundador del Partido, aquel internacionalista proletario. Dejaba un vacío en todo el pueblo argentino. Aquel líder de las causas justas había muerto ese 3 de julio de 1985.
De una claridad y firmeza consecuente que asombra, de la cual recogemos y tomamos como enseñanza, Rodolfo dejó un legado político y una trayectoria revolucionaria, la cual las nuevas generaciones de luchadores y combatientes revolucionarios deberán estudiar, tomar como propias, para transitar el duro camino hacia la conquista del poder.
Sobre su vida hemos escrito en Orientación varias veces, pero en el marco del cuadragésimo aniversario haremos un repaso por su legado político, el cual es inmenso. No alcanzan quinientas notas para poder desmenuzar su contenido, pero sí es necesario hacer una aproximación a su obra.
Antes de mencionar algunos aspectos importantes de la obra política de Rodolfo Ghioldi, es recomendable leer sus escritos principales. Por eso, los cuatro tomos de su obra deben ser leídos y estudiados por los marxistas-leninistas de hoy.
Uno de los temas importantes para abordar, el cual hoy sigue vigente, es el rol del Partido como vanguardia del proletariado. Las corrientes oportunistas insertas hoy en el Movimiento Comunista Internacional han relegado el rol de vanguardia, justificándose en errores. Pero, en vez de balancearlos guiados por la teoría marxista-leninista, han apostado por adquirir otras determinaciones como “vanguardia unificada del pueblo”, no solo quitando al PC como herramienta de la clase, sino sacando a la clase obrera como única clase capaz de dirigir un periodo de transformación social. El Partido Comunista Argentino, en 1918, ha nacido como herramienta de nuestra clase, como guía política, ideológica y organizativa de los proletarios argentinos. En este sentido, Rodolfo decía:
Las fuerza que en seguida van a dar origen a nuestro Partido recogen la experiencia combativa de las masas, las cuales buscan la afirmación de una posición independiente de clase y les dan el norte adecuado -la revolución- y la herramienta indispensable: el partido de vanguardia, completamente ajeno a cualquier influencia de la burguesía.
En consonancia, también decía el camarada Ghioldi:
“La idea de vanguardia revolucionaria está directamente vinculada con la idea del proletariado como clase más revolucionaria, y revolucionaria hasta el fin. Transferir el papel de vanguardia a las clases o grupos sociales que vacilan o capitulan es mofarse del contenido mismo del concepto de vanguardia y significa de hecho hacer ejercicio del retaguardismo.”
Por otro lado, Rodolfo Ghioldi ha escrito y difundido fervientemente la obra de Lenin, al cual conoció personalmente en Moscú, en el III Congreso de la Internacional Comunista. En ese contexto, pudieron tener una breve conversación. Rodolfo escribía sobre Lenin y el leninismo, los aprendizajes del mismo, y en una de sus intervenciones habla de que hay particularidades en la revolución según los países. Y es verdad: no existe el traslado mecánico de una experiencia, ni de una revolución en particular. Pero sí hay leyes generales del socialismo que es importante siempre tener en cuenta, mucho más en estas épocas donde se habla de otro tipo de socialismos. Decía el camarada Ghioldi:
Los comunistas han aprendido de V. I. Lenin la consideración rigurosa de las condiciones concretas y de las particularidades nacionales, y al mismo tiempo, la prevención intransigente ante cualquier sobrestimación y absolutización de dichas particularidades. Pues la revolución socialista, por encima de las diferencias en las condiciones concretas, presenta rasgos y leyes comunes: principios como la dirección de masas por la clase obrera y su Partido, como el sistema de la dictadura del proletariado, como la alianza obrero-campesina, como la supresión de la propiedad capitalista y el establecimiento de la propiedad social, como el desarrollo planificado de la economía, como el internacionalismo proletario, son válidos para todos los países, independientemente del grado de desarrollo.
Rodolfo también fue un emblema del internacionalismo proletario. En diciembre de 1934, junto a su compañero alemán Arthur Ewert y su esposa, la militante Carmen Alfaya, emprendió viaje hacia Río de Janeiro por encargo de la Internacional Comunista. Su misión era colaborar con el levantamiento armado en Brasil contra el gobierno de Getulio Vargas, liderado por el llamado “Caballero de la Esperanza”, Luis Carlos Prestes. Sin embargo, la insurrección fue derrotada y, el 23 de enero de 1936, Rodolfo Ghioldi y Carmen Alfaya fueron arrestados en Río de Janeiro. Durante su detención, Ghioldi fue brutalmente torturado, lo que le provocó secuelas permanentes. Pasó cuatro años y cuatro meses preso en condiciones extremas en la isla de Fernando de Noronha, hasta que fue liberado en 1940.
Rodolfo hizo su defensa ante el tribunal en Brasil, con la dignidad y firmeza que lo caracterizaban, y dijo:
De treinta meses de permanencia en el Brasil, pasé veinte en la cárcel. La malicia podría decir que de este gran país sólo conozco el régimen penitenciario. Pero en la casa de detención conocí brasileños de todas las latitudes y profesiones y de las más diversas orientaciones políticas. Aprendí así a conocer más íntimamente los anhelos y sentimientos del pueblo brasileño, al cual me siento definitivamente ligado por la más viva simpatía y solidaridad. Vi cuán profunda es esa voluntad de liberación nacional. Comunista argentino que se enorgullece de serlo, me siento igualmente ciudadano de la América Latina que quiero libre de amenazas fascistas, de prepotencias imperialistas, del atraso económico y cultural

La obra de Rodolfo es larguísima. Expusimos pocos puntos para recordarlo en el 40.º aniversario de su fallecimiento. Al gran constructor del Partido Comunista Argentino lo homenajeamos con los puños en alto, recogiendo su obra, su bandera, su legado revolucionario para llevar hacia la victoria final. Porque la obra de Ghioldi estará concluida cuando, en su patria, flamee la bandera roja como señal de que inicia una nueva etapa en la historia argentina: una nueva sociedad sin explotados ni explotadores.