Las elecciones presidenciales en nuestro país están trazadas por una agenda de represión, ajuste y entrega por los principales candidatos: Patricia Bullrich, Sergio Massa y Javier Milei.
Afirmamos y reafirmamos que las elecciones no pueden resolver los problemas de la clase obrera y que nuestro objetivo sólo puede alcanzarse a través de la violencia, destruyendo el sistema social imperante y tomando el poder del Estado para construir el poder obrero. Como marxistas-leninistas, sabemos que las elecciones burguesas son importantes, y por eso es necesaria nuestra atención, análisis y, en la medida de lo posible, nuestra participación.
Las principales facciones burguesas luchan por quién asumirá la presidencia el 10 de diciembre, con una agenda marcada por sus intereses de clase, ya que todos asumen que van a tener que seguir ajustando, que van a entregar los recursos naturales, que van a seguir pagando al FMI, y todos aseguran una gran represión contra la protesta social, especialmente contra el movimiento piquetero que hoy es el que más cortes de ruta y movilización realiza. La única disputa es quién llevará todo eso adelante.
La gran crisis del país va de la mano de la crisis que está viviendo el capitalismo a nivel mundial, y en la Argentina las principales fuerzas de la burguesía, tanto el peronismo como el radicalismo, se vienen alternando hace 70 años para garantizar el modo de producción capitalista, para garantizar la paz social que permite a los monopolios intensificar sus ganancias. Se vienen alternando para saquearnos, ajustarnos y reprimirnos.
Estamos ante la crisis también del bipartidismo, donde a partir del fracaso de peronismo y el radicalismo, aparece la ultraderecha liberal reciclada de la década de los 90 junto al Partido Militar de la mano de Victoria Villaruel, el cual viene a terminar lo que la dictadura no pudo. La dictadura pudo terminar el periodo de contrarrevolución que inició el peronismo en 1973, aplastando militarmente a la clase obrera y sus aliados; también logró desarmar en gran medida la organización obrera que primaba en el movimiento obrero y sindical; y, por último, consiguió instalar un nuevo modelo de administración del capitalismo y un aumento extremo de endeudamiento del país. Por su parte, Milei y nuevamente el Partido Militar pretenden terminar el trabajo económico de Martínez de Hoz y también librar una verdadera batalla cultural –algo dicho por ellos mismos– contra lo que consideran marxismo, por ende, todo lo que sea popular, y, mucho más, contra los que verdaderamente somos comunistas.
Milei busca seguir desarrollando una batalla que no sólo sea cultural. Cuando se le preguntó quiénes serían sus Ministro de Seguridad y Defensa, su respuesta fue que eso sería decidido por las Fuerzas Armadas; también aclaró que, en caso de que se rodeara la Casa Rosada, “lo tendrían que sacar muerto”, clara declaración de guerra contra la clase obrera avanzada que pudiera resistir a sus planes. Sus dichos dejan entrever que el método para instalar su plan político, ideológico y económico es a punta de fusil: la batalla que se proponen librar es política, económica, ideológica y de índole policial-militar ante cualquier manifestación o reclamo del pueblo, lo cual terminará significando una <>.
Por eso desde el Partido Comunista Argentino llamamos a la clase obrera y al pueblo a no votar o a votar nulo, ya que ninguna facción de la burguesía puede resolver los problemas de la clase obrera y el pueblo argentino. Ya no pueden ofrecer siquiera un alivio. Porque la única manera de que los problemas básicos sean resueltos será cuando la clase obrera tome el poder y lleve a la victoria la roja bandera emancipadora. Será con una Argentina socialista.
Los verdaderos comunistas no podemos elegir entre un sector u otro de la burguesía. Haciendo análisis concreto de la situación concreta, no vemos que exista un mal menor. Sin entrar en el debate de las debilidades teóricas y políticas de ese concepto. No nos resignamos a una vida de miseria, a perder más derechos y a ser estafados. No podemos elegir quién nos va a explotar de un modo o de otro, nuestra misión como comunistas es construir en el seno de la clase obrera y el pueblo una herramienta política y un arma de combate anticapitalista y eso es un gran Partido Comunista.
¿QUÉ PROPONEMOS LOS COMUNISTAS?
La avanzada ultraderechista es una realidad, y los comunistas nos proponemos estar en pie de lucha contra cualquier tipo de facción de la burguesía que esté en el poder, así sea conservadora, ultraderechista o peronista. Aunque hoy nos toca concentrar fuerzas y hacer especial énfasis contra el discurso anticomunista, negacionista y antiobrero, queremos señalar que el Partido Comunista Argentino llama a enfrentar tanto los cantos de sirena de los adoradores de los “Chicago Boys”, como al socialiberalismo “progresista” que en lo discursivo está preocupado por el derecho de los trabajadores, pero al mismo tiempo tiene un país con el 50% de los argentinos viviendo en la pobreza. El progresismo, lejos de querer solucionar los problemas que tanto pesan sobre la clase obrera hoy en día, sólo busca denunciar a otros espacios políticos como responsables de esos mismos problemas, mientras se mantiene al margen y permite que día tras día los trabajadores queden más afectados por la inflación, el hambre, el desempleo, la precarización, etc.
Al contrario de lo que quiere hacernos creer el gobierno, existen medidas de emergencia que podrían beneficiar a nuestro pueblo ante este panorama de crisis tan duro. Algunos ejemplos de esto son:
• Reducción de la jornada laboral a 6 horas.
• Ruptura con el FMI.
• Aumento general del salario.
• Control de precios.
• Regulación de los precios y de la gestión del transporte.
• Regulación de los precios y de la gestión de los servicios.
• Regulación del mercado inmobiliario. Emergencia habitacional. Impuesto a las viviendas ociosas.
Hoy la coyuntura también nos encuentra teniendo que enfrentar y defender lo que para las amplias mayorías es sumamente necesario: desde las leyes laborales y el Ministerio de Trabajo, la Educación Pública y Gratuita y el Ministerio de Educación, las políticas sociales para los sectores más vulnerables (que hoy llega a ser el 50% de nuestro país) y el Ministerio de Desarrollo Social, hasta del Ministerio de Salud, se trata de todo lo que concierne a derechos constitucionales y que todos los gobiernos capitalistas han atacado mediante el desfinanciamiento y el saqueo.