El día domingo 10 de diciembre del 2023 Javier Milei y Victoria Villarruel, junto al nuevo gobierno, entraron al Congreso de la Nación para asumir sus nuevos cargos al frente de la Argentina. Recibidos por Cristina Fernández de Kirchner, fueron escoltados para hacer el recambio de gobierno, y, de espaldas al Congreso, Milei juró como nuevo presidente de nuestro país. Según sus propias declaraciones, la intención detrás de este gesto fue posicionarse del lado de la gente y en contra de la casta, la misma que le permitió construirse como el candidato “antipolítica” que se enfrentaría a los rezagos de la vieja política. Sin embargo, contrario al discurso que sostuvo durante toda su campaña, su primera medida fue derogar un DNU sancionado durante el gobierno de Mauricio Macri, para permitirle a su hermana, Karina Milei, tener un cargo en el gobierno como Secretaria General de la Presidencia, consolidando, así, lo que hace mucho tiempo ya se podía entrever con las “nuevas” alianzas que formó: La Libertad Avanza, lejos de ser el sepulturero de la vieja política, es el último intento que tienen esos viejos rezagos para volver a escena y aplicar nuevamente la fórmula de saqueo, entrega y represión por la que tanto se ha visto afectada la Argentina durante las últimas décadas.
Los primeros días del nuevo gobierno estuvieron signados por los primeros anuncios de medidas concretas, principalmente del Ministro de Economía, Luis Caputo, que regresó a la función pública luego de haberse desempeñado como Ministro de Finanzas y presidente del Banco Central durante la gestión de Mauricio Macri; un actor clave en la imposición a la clase obrera argentina de la deuda por el préstamo más grande jamás emitido por el Fondo Monetario Internacional, Caputo se posicionó como uno de las figuras centrales del gobierno de Javier Milei y anunció una batería de medidas que suponen una profundización del ajuste contra la clase obrera. Además de la reducción a la mitad de los ministerios y secretarías de carácter nacional (que pasarán de ser 18 y 106 a ser 9 y 54 respectivamente), la suspensión de la pauta pública, la desregulación de las importaciones y la desregulación de los contratos de alquiler, los primeros pasos del “plan motosierra” incluyeron el recorte a los subsidios a la energía y el transporte, el despido de los empleados públicos que cuenten con menos de un año de antigüedad, el cese a las licitaciones de obra pública y la anulación en los casos en que no se hayan iniciado las actividades, la reducción “al mínimo posible” de las transferencias discrecionales -por fuera de la coparticipación- que realiza el Ejecutivo Nacional a las provincias, un aumento del tipo de cambio oficial a $800 que supone una devaluación del 54% de la moneda y la reversión de la baja al impuesto a las ganancias, a la vez de la reducción del salario en dólares a más de la mitad.
En paralelo, y mientras se viven aumentos descontrolados día a día en todo tipo de productos de la canasta básica y los voceros del gobierno declaran un panorama hiperinflacionario, Patricia Bullrich, nuevamente Ministra de Seguridad, anunció una política represiva frente a la protesta y las organizaciones políticas orientada a la prevención y desarticulación de las movilizaciones y la identificación y persecución a los militantes, afirmando a su vez que los costos logísticos de la represión serán pagados por las organizaciones y sentando las bases para avanzar hacia una militarización de las calles y la violación generalizada de las garantías democráticas y el derecho a la protesta. Estamos frente a un gobierno que hará lo posible por desarticular toda forma de organización de la clase obrera y que se sustenta en un discurso profundamente anticomunista, como ejemplificó Javier Milei al comparar su triunfo en los comicios con la caída del muro de Berlín y el triunfo de la contrarrevolución en Europa.
Mientras Javier Milei, hoy presidente de la Argentina, declara que “No hay plata”, el gobierno puso en marcha la emisión de bonos que suponen contraer una deuda superior a 30 mil millones de dólares a modo de rescate a importadores, estatizando deuda privada, mientras que del recorte fiscal de 5,1% del PBI del Programa de Caputo sólo medio punto porcentual corresponde al aparato estatal. Contrario a las promesas de Milei, somos los trabajadores quienes estamos afrontando los costos de los recortes anunciados, además del encarecimiento de los servicios esenciales, la canasta básica, el alquiler y el transporte, el deterioro de las infraestructuras y servicios públicos. Estamos frente a un panorama de recrudecimiento de la inflación que el propio gobierno vaticina, y lo único que se nos ofrecen es un escaso aumento en la Asignación Universal por Hijo y en los montos de la tarjeta Alimentar que, con certeza, no compensan el deterioro de los salarios y la pérdida del poder adquisitivo, además de que sabemos que la asistencia social, tanto en este gobierno de administración liberal, como en los gobiernos de administración “progresista”, sólo han servido para mantener la paz social y evitar cualquier tipo de levantamiento o reclamo por parte de la clase obrera ocupada y desocupada.
Al contrario de lo que pregona el discurso oficialista, que pretende blanquear y justificar el ajuste como la única solución posible a la crisis sin dar ninguna respuesta ante el hambre y precariedad que afectan a millones de personas en nuestro país, los comunistas sostenemos que la única salida es la construcción de la Patria Socialista y que existen medidas de emergencia que pueden aliviar la situación de nuestro pueblo, como lo son: La reducción de la jornada laboral a 6 horas – La ruptura con el FMI.El aumento general de los salarios – El control de los precios – La regulación de los precios y gestión del transporte y los servicios – La regulación del mercado inmobiliario y el impuesto a las viviendas ociosas – La reconstrucción de la red ferroviaria, que antiguamente conectaba el territorio nacional en toda su extensión y actualmente se encuentra desmantelada – Reconstrucción de la marina mercante, también en continuo retroceso hace décadas – La nacionalización de la banca y el comercio exterior – Un programa de industrialización a nivel nacional.
Días después de aquellos primeros anuncios de ajuste y claras advertencias sobre la represión que planea el nuevo gobierno de LLA contra el pueblo y la clase obrera, se cumplió un nuevo aniversario de la gesta del “Argentinazo”. A pesar de las amenazas, el miércoles 20 de diciembre las calles de toda la Argentina encontraron a las organizaciones de izquierda, a los movimientos piqueteros y al pueblo trabajador marchando en conmemoración de las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 y contra el ajuste anunciado por Luis Caputo y Javier Milei.