107 años de lucha: Fortalecer al Partido Comunista Argentino

Comité Central del Partido Comunista Argentino

El 6 de Enero de 1918 la clase obrera argentina recibía su mejor regalo: la creación del Partido Comunista Argentino, uno de los hitos más importante en la historia del movimiento obrero y popular de nuestro país y de América Latina.
Tenemos el alto honor de que inmediatamente después de la Gran Revolución Socialista de Octubre hayan sido los trabajadores de Argentina los primeros en construir un Partido Comunista en América Latina. Después de un siglo de este logro, la historia de Argentina y de la lucha de la clase obrera ha quedado marcada por la acción de nuestro Partido.

Al momento de su nacimiento, la clase obrera, la única clase capaz de derrocar a este sistema, y el conjunto del pueblo argentino, comenzaron a tener su partido, su vanguardia, su Estado Mayor, que guía su accionar en la doctrina científica del desarrollo de la sociedad, el marxismo-leninismo, es decir, con la doctrina de Marx, Engels y Lenin, que permite prever el curso de los acontecimientos y que organiza a la clase obrera en pos de desempeñar su papel histórico: el derrocamiento de la burguesía y la construcción del poder obrero. 

En el día de hoy, 6 de Enero de 2025, se cumplen 107 años de lucha comunista, en los cuales nuestro Partido ha sido partícipe y muchas veces dirigente de las grandes luchas del movimiento obrero y popular en Argentina. Nacido al calor de la lucha contra el reformismo y la guerra imperialista que se desataba a principios del siglo XX, donde los oportunistas y reformistas del Partido Socialista se posicionaban bajo bandera ajena con uno de los bloques imperialistas, mientras que los marxistas revolucionarios con Victorio Codovilla, Rodolfo Ghioldi y José Penelón a la cabeza, mantenían la postura de la independencia de clase, de la solidaridad con la clase obrera afectada por la guerra y no con los capitalistas que estaban repartiéndose el mundo. De ese conflicto, nació nuestro Partido, que se desarrolló al calor de la lucha de clases en nuestro país, desde la “Patagonia Rebelde” y la Semana Trágica, donde tuvimos los primeros muertos, hasta las grandes luchas obreras como la Gran Huelga de la Construcción, el Choconazo, el Cordobazo, el Rosariazo, las luchas antidictatoriales, y todas las luchas que ha desatado el pueblo argentino, teniendo la presencia y muchas veces la guía política y organizativa del Partido Comunista. Podemos afirmar, con certeza y determinación que, a pesar de errores y dificultades diversas, de la dureza de la dictadura y forzados períodos de clandestinidad, los comunistas en su Programa y su lucha han expresado los intereses clasistas y luchado con abnegación por los intereses populares. 

Las banderas revolucionarias que hoy levantamos los comunistas del Partido Comunista Argentino se enmarcan en la histórica lucha de nuestros predecesores por la derrota de la burguesía como clase, y simultáneamente la del capitalismo como su sistema económico que la sostiene. Esta lucha sistemática y de principio tiene como objetivo estratégico conquistar el poder político por medio de la lucha que dé inicio al proceso de construcción de una nueva sociedad, superior, socialista y profundamente humana en todo sentido.

Herederos de las mejores tradiciones de lucha contra el capitalismo mundial, los comunistas argentinos nos reconocemos en el ejemplo y tradiciones de lucha de aquéllos que fundaron La Liga de los Comunistas en 1848 dirigidos por Marx y Engels; de la I Internacional y de la gloriosa gesta de los trabajadores y campesinos de Rusia que conquistaron el poder político, dirigidos por Lenin y los comunistas al frente de su partido revolucionario. De esas raíces y tradiciones históricas revolucionarias venimos.

En el marco del CVIIº Aniversario de la fundación de nuestro Partido, debemos recalcar también la profunda crisis del Movimiento Comunista Argentino que afecta de lleno a la situación actual, y al estado del movimiento obrero y popular. Durante las últimas décadas, el Partido Comunista fue abandonando su Programa revolucionario para empezar a tomar posiciones socialdemócratas y oportunistas, que se fueron profundizando en estos últimos años, lo cual llevó a la organización a adoptar el programa del peronismo, dejar de lado la estrategia revolucionaria y el objetivo de la conquista del poder, a cambio de empezar a querer disputar un lugar en el Estado burgués, para lograr alguna que otra reforma, dando  como resultado hoy la casi liquidación del Partido Comunista.

Los comunistas argentinos expresamos colectivamente a través del aporte de Victorio Codovilla a tiempo, la crítica al fenómeno del populismo y las nefastas consecuencias para la organización y acción política de los trabajadores de América Latina. Inicialmente los Partidos Comunistas de la región enfrentaron correctamente esa tendencia que apareció en los años 20, y en Argentina se concretó con la llegada del peronismo en la década del 40, que buscó ejercer el rol del bonapartismo que Marx describió: situarse aparentemente por encima del conflicto de clase, expresar supuestamente el conjunto de los intereses de las clases en conflicto, conduciendo a la subordinación del proletariado a la burguesía, a la pérdida de la independencia de clase, de la autonomía política y organizativa y al desarme de su potencialidad revolucionaria. Pero la claridad con la que los comunistas y Codovilla apreciaron esa tendencia política burguesa fue sustituida, con el pasar del tiempo, por equívocos programáticos graves, y los adversarios de clase se transformaron en aliados. Primero como peronismo, hoy como progresismo, sea kirchnerismo u otra denominación, se trata de una de las expresiones de la clase dominante, que en el último de los casos busca determinadas regulaciones del capitalismo, pero preservando el sistema. Lo que fundamenta esa estrategia es un análisis de la realidad que parte de la deformación de la teoría marxista-leninista. 

Ante la falta de un Partido Comunista con vocación de poder, un Partido Comunista de combate y con estrategia revolucionaria, que se guíe por la doctrina científica del marxismo-leninismo, la burguesía pudo avanzar en grandes medidas sin una lucha constante, gracias a que el movimiento obrero y popular no cuenta con su Partido de vanguardia, su guía organizativa e ideológica, dando paso a la hegemonía de corrientes oportunistas y de distintas facciones burguesas dentro de la clase obrera, desarmándola y desmovilizándola.

A partir de este panorama, decidimos reorganizar el Partido, y por eso hace 2 años lanzamos el Partido Comunista Argentino, que asume la historia combativa de los comunistas desde la fundacion, porque somos herederos de las grandes gestas obreras y populares, de esos comunistas que hasta hoy dan orgullo proletario, como José Peter, Miguel Contreras, Jesús y José Manzanelli, Gerónimo Arnedo Alvárez, Vicente Marischi, Rubéns y Normado Íscaro, y tantos comunistas que han dejado su vida en la lucha popular como Albino Argüelles, El “Gallego” Soto, Jorge Calvo, Carlos Antonio Aguirre, Enrique Tchira, Rubén Poggioni, el “Negrito” Avellaneda, Antonio “Coco” Villar, Graciela Acosta, Florencia Gómez, y tantos comunistas que a lo largo de estos más de 100 años llevaron con honor el título de miembro del Partido. Es la lucha por retomar nuestras identidades ideológicas, de principios y ante el desafío de dar un contenido revolucionario y de transformación a las viejas estructuras económico-sociales, que conduzca a la construcción de las sociedades nuevas, que no son otras que las socialistas.

Hoy en día vivimos un gran avance patronal de la mano del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel, lo que ellos lo identificaron con una motosierra, que es sinónimo de entrega y represión, con grandes medidas a favor de los monopolios, principalmente financieros, con una política entreguista de nuestro suelo y nuestra soberanía, poniendo a nuestro país de rodillas  ante los intereses del bloque EE.UU-OTAN-Israel, a costa de que la clase obrera argentina cargue sobre sus hombros la gran crisis del capital, y que a costa de la gran penuria que está pasando nuestro pueblo, con hambre, represión, desempleo y demás, poder maximizar las ganancias capitalistas de un puñado de monopolios.
Por eso necesitamos un Partido Comunista fuerte, y ese partido es el Partido Comunista Argentino, que toma las banderas históricas y se propone llevar adelante su rol histórico como vanguardia del proletariado, que se propone la lucha por el poder como objetivo inmediato, necesitamos un Partido Comunista que cumpla su rol organizativo, de trabajo subjetivo en las masas, y de herramienta de la clase obrera para llevar adelante la lucha reivindicativa, y pueda ligarlo con la lucha política por el socialismo.

Estamos convencidos de que la época de Revolución Social que se inició con la transición histórica del capitalismo al socialismo en 1917 cuando el proletariado derrocó a la burguesía en Rusia e instaló el poder obrero revolucionario, continúa abierta y es el camino a transitar; también que es necesario el deslinde y choque con el peronismo/radicalismo/progresismo, y que el craso error de quedar atrapados en esa lógica es lo que permitió que ese espacio político anteriormente ocupado por los comunistas pase a ser ocupado por distintas corrientes oportunistas. Nosotros partimos de que ya el capitalismo llegó a sus límites históricos y que debemos acumular fuerzas en la dirección de la ruptura con el capitalismo y con el programa de la Revolución Socialista.

A 107 años de la fundación del Partido Comunista, queremos hacer un llamado a la clase obrera, los trabajadores ocupados y desocupados, a los estudiantes, los vecinos de distintos barrios obreros y a los intelectuales, a fortalecer las filas del Partido Comunista Argentino, que es el partido del proletariado, el cual día a día se prepara para derrotar el Plan Motosierra de Milei-Villarruel, para conquistar el poder y construir el socialismo-comunismo en Argentina, ya que dentro del capitalismo no hay reforma posible que pueda curar la gran penuria que vivimos como pueblo. Sólo un gobierno dirigido por la clase obrera, que planifique según las necesidades y que construya una sociedad sin clases, es la manera que tenemos como humanidad de subsistir, ya que la barbarie capitalista sólo puede continuar trayendo hambruna, muerte y explotación.