Ruth Alaniz, docente de Música

Hoy los docentes nos vemos afectados por la ilegalidad del DNU, porque declara a la educación como un servicio esencial de emergencia, y, según el propio gobierno de La Libertad Avanza, parece que vamos a vivir en una situación excepcional durante los próximos cuatro años, impidiéndonos ejercer el derecho a huelga y/o medidas de acción gremial en un contexto de inflación creciente y descontrolada.
Por su parte, a través de la Ley Ómnibus en su apartado sobre Educación, el gobierno de Javier Milei sujeta los suplementos salariales condicionándolos a un examen, lo cual significa una nueva subestimación de los trabajadores de la educación, al mejor estilo Juntos por el Cambio.
Los suplementos salariales pueden ser incentivo docente, conectividad nacional, antigüedad, ruralidad, etc, es decir, diferentes complementos que aportan al total de un salario básico que ya de por sí es bajo; sin este suplemento, hoy sujeto a un examen, el sueldo docente queda en ese básico insuficiente para cualquier trabajador.
Por otro lado, el capítulo laboral fue anulado por la Cámara Nacional de Trabajo y rechazado por la Justicia por ser considerado inconstitucional, pero a través de él buscaban afectar la permanencia en el cargo titular y la antigüedad de los trabajadores de la educación.
Mientras el gobierno actual de La Libertad Avanza empuja un modelo de precarización y quita de derechos a los trabajadores, los docentes ya vienen de duros golpes y diferentes arremetidas por parte de las diferentes gestiones al frente del país. El año pasado en las escuelas se vivió de forma intensa, con el agregado de una 5ta hora se notó un desgaste en el personal docente; la educación fue testigo de una disputa política que se vivió en la sociedad y en las familias en general, lo cual también se pudo ver reflejado en las aulas como parte del conflicto social y la incertidumbre general.
La campaña electoral del 2023 fue un mal ejemplo de la democracia, políticos, en vez de mantener el dialogo, eligieron la falta de respeto, las amenazas y los insultos, como fue el caso de La Libertad Avanza y Juntos por el cambio. Esa realidad se vio reflejada en las aulas, donde alumnos agredían verbal o físicamente a otros compañeros en nombre de políticos u organizaciones. Para estos chicos que comienzan a interiorizarse en la política o tienen un primer acercamiento a través de su primera participación en las elecciones, el ejemplo de aquellos políticos fue crucial a la hora de repetir comportamientos agresivos, lo cual hizo que los docentes se vean forzados a intervenir y colaborar para revertir lo que aprendieron en años y meses de continua violencia difundida desde los distintos medios de comunicación y desde las propias plataformas de los políticos de la burguesía.
Mientras el 2023 y aquella campaña electoral ya quedaron atrás, hoy a los docentes nos toca la tarea de iniciar el ciclo lectivo con incertidumbre, falta de presupuesto educativo, en un contexto de un gobierno antipopular, antiobrero y reaccionario, y sabiendo que las aulas no serán transitadas de manera tranquila, porque mientras la crisis se acrecienta, los alumnos y sus familias son los primeros afectados.