La situación de los trabajadores de la fruta en Concordia

Desde Orientación venimos realizando diferentes entrevistas a los camaradas del Partido desde el seno de la clase obrera. Para visibilizar las condiciones y la situación laboral en los distintos puntos del país. Tal como lo es con los trabajadores de la yerba en Corrientes, a quienes entrevistamos e hicimos un recorrido histórico sobre el trabajo precarizado, la persecución laboral, lo hacemos esta vez con los trabajadores del citrus en Concordia, Entre Ríos. Sueldos de miseria, condiciones indignas, hostigamiento sindical, y explotación laboral. En palabras del camarada Andrés, hacemos un breve recorrido sobre el trabajo en la capital del citrus.

¿Cómo es la historia de los trabajadores de la fruta en Concordia?
—El trabajo de la fruta, del citrus acá en Concordia, es un trabajo temporario, de exportación. Antes, hace cinco años atrás, duraba seis meses, los números variaban. Hoy en día la exportación dura de dos a tres meses, se achicó. Y lo que tiene mayor trabajo productivo es el mercado interno, que sería acá del país, a Córdoba, por ejemplo. La mayoría de los patrones se mueven así, en mercado interno. Y lo que es la exportación, últimamente dura dos meses o tres, si es que llega.
Yo estoy en la parte que es empaque, donde se seleccionan las frutas, las que van a exportación y la que van a mercado interno. Cada trabajador hace su pelea en cuanto al pago. Sin intervención del sindicato, es decir, en la parte que yo estoy, como embajador, cada uno le pone el precio a lo que quiere cobrar por día, ya que si trabaja más horas le saca un poco más. Y en este rubro se paga más que en la cosecha, porque no somos muchas las personas que hacemos el trabajo de embalar, ya que requiere mucho cuidado en el tratado de la fruta y un ritmo de trabajo diferente que el que tiene el cosechador. Por eso el pago se arregla directamente con el patrón.

¿En qué condiciones viven los trabajadores golondrinas?
—Los trabajadores golondrinas viven en muy malas condiciones. Muchas veces usando de baño las plantas, y como papel higiénico, un pedazo de trapo. Hay hombres y mujeres que se van con sus familias enteras, es algo aterrador porque las condiciones son indignas. Yo la cuento porque la viví y la peleé con el sindicato mucho tiempo. No me daban trabajo en ningún galpón y me tocaba ir a la quinta, ir a cosechar, viajar de una ciudad a otra, hacer cerca de 500 kilómetros por día para trabajar, salir a las 6am y volver a las 22pm, en condiciones muy precarias. No hay baños, no tenés donde sentarte, muchas veces a las seis de la mañana tenés que esperar que pare el rocío y sequen las plantas, porque sino no podés trabajar, ya que la fruta se marca; recién podés arrancar a cerca del mediodía. A eso tenés que sumarle el viaje para llegar al lugar y las mismas horas para volver, y también la paga (entre 10.000 y 11.000 pesos al día). En los días de lluvia, no se puede trabajar. Se vive el día a día.

¿Qué nos puede decir de la patronal que exporta la fruta mal paga a los obreros?
—La parte patronal… Los dos o tres meses que dura la exportación sabemos que ellos cobran en dólares o en euros, porque también exportan a Europa, es decir, si en el mercado interno ya sacan bien, con la exportación ganan mucho más. Sin embargo, nosotros, como trabajadores, laburamos cada vez en peores condiciones. El sindicato no nos representa, no interviene. Los patrones negocian con los trabajadores el pago; para embaladores, es un monto, y para cosechadores, otro.

¿Cómo se vive la situación de la inflación en relación a los salarios de los trabajadores?
—Como dije, se vive el día a día. El cosechador representa un gran porcentaje de los trabajadores del citrus acá en Concordia. Y con lo que se paga, no alcanza ni a cubrir lo que sale la canasta básica hoy. Estamos muy por debajo de la línea de la pobreza.

¿Por qué no activa el sindicato?
—El sindicato está muy mal visto entre los trabajadores. Si consiguen paritarias, éstas son en cuotas, y no tienen ninguna relación con la inflación. No aparecen nunca, y, cuando lo hacen, es para retirar cheques, cobrar su parte e irse. Hacen la de ellos. Ésa fue una de las razones por las cuales yo discutí con ellos. Me tuve que alejar e irme a trabajar en la parte de quintas durante muchos años.
Me da bronca la situación de los trabajadores, de toda la clase obrera, no sólo en Concordia sino en todo el país, no sólo de los trabajadores de la fruta, sino de toda nuestra clase que labura de manera precarizada, vive del día a día y no tiene ni para comer. Sin ir más lejos, hace unos días atrás un compañero cosechador me comentaba que no había comido, que está así hace unos días a mate dulce, y ahora sólo a mate amargo porque hasta el azúcar se le había terminado. Y la comida que podía comprar era para sus hijos. Esas cosas duelen mucho.

El sindicato debería representarlos, en este caso la burocracia de la UATRE y el Sindicato de la fruta son un eslabón más de la cadena de explotación y sometimiento. Junto a los patrones y empresarios, fijan un valor del trabajo totalmente inhumano, para continuar incrementando su ganancia a costa de los trabajadores. Esto evidencia que la lucha de los trabajadores por mejores condiciones laborales, en Concordia y en cualquier parte del país y el mundo, requiere de grandes transformaciones de fondo, que devuelva la dignidad al ser humano, y esas transformaciones sólo pueden darse con un gobierno obrero, que instale el socialismo y comunismo, verdadera libertad y felicidad de los pueblos.