Editorial: El martillo y hoz destruirá la motosierra del gobierno

Desde que asumió el gobierno de Milei y Villaruel, empezó una profundización de la ofensiva contra la clase obrera, que ya venía desde hace años, pero que, con las medidas de shock del gobierno, significó un cambio rotundo contra los trabajadores y a favor de los monopolios.
A pocos días de asumir, cuatro medidas anti obreras y anti populares fueron puestas en marcha. En primer lugar, los anuncios de Caputo, devaluando más de 100% la moneda, generando un alza en los precios de combustibles, alimentos y productos de primera necesidad. En segundo lugar, ante la posible reacción de la clase obrera ocupada y desocupada, el gobierno puso en marcha un “protocolo anti piquete”, que por un lado intentó intimidar a las organizaciones populares, y, por otro, fue un show para intentar contentar a una parte de su electorado; este protocolo rápidamente fue ridiculizado y desbordado ante la fuerza invencible de nuestra clase. En tercer lugar, Milei anunció un DNU anticonstitucional, derogando centenares de leyes, queriendo hacer reformas constitucionales a través de decreto, todas orientadas a beneficiar a los grandes monopolios, además de perjudicar tanto a las capas medias y a los obreros ocupados y desocupados. Y, por último, hace pocos días se envió la “Ley ómnibus” que complementa las medidas nefastas del DNU; ya con tintes tiranos, Javier Milei intentó tomar facultades que al Ejecutivo no le corresponden. Desde el propio gobierno afirman que tanto el DNU como la Ley Ómnibus son sólo el 40% de las reformas planeadas y anuncian que pronto enviarán más proyectos contra el pueblo trabajador al Congreso.
La clase obrera es invencible, lo ha demostrado la historia; tiene la capacidad de tirar un gobierno y hasta de tomar el poder y cambiar el rumbo de la humanidad. Y después de los anuncios del gobierno, se vio el 20 de diciembre una gran movilización de los sectores de izquierda que se llevó el protocolo por delante. Ese mismo día el gobierno anunció el DNU, y rápidamente en todos los puntos del país, la clase obrera se levantó espontáneamente y salió a las calles masivamente, rompiendo todo protocolo, cortando las calles sin miedo a las amenazas de Bullrich. Esto se multiplicó durante días, y espontáneamente, en todas las plazas del país, la clase obrera rechazó el DNU, las medidas de Caputo y el protocolo anti piquete. En Córdoba y Buenos Aires los trabajadores se enfrentaron a las fuerzas represivas, mientras las consignas elegidas eran claras: “Para general y movilización”, “Abajo el DNU” y “La Patria no se vende”. Todas estas jornadas de lucha presionó a la burocracia sindical encarnada en la CGT a convocar a una movilización en Tribunales, donde el Partido Comunista Argentino estuvo presente. Más tarde la CGT también se vio obligadas, ante los reclamos, a convocar a un paro y movilización, aunque sumamente tardío.
Este gobierno le ha declarado la guerra a la clase obrera y gobierna únicamente para un puñado de monopolios, todas las medidas de desregulación de la economía sólo sirven para aumentar las ganancias de los capitalistas, a costa del ajuste a la clase obrera. Milei ha mentido sobre el ajuste, prometió en campaña que sólo iba a ajustar a la “clase política”, la famosa “casta”, pero hoy sólo está ajustando a los jubilados, a los niños y a los trabajadores. Resulta que la casta, para Milei, es el pueblo.
El gobierno de LLA es el gobierno de los monopolios, y esto quedó claro en los anuncios que realizó. Entre sus anuncios de “necesidad y urgencia” apuntó a desregular los servicios satelitales, abriendo puerta a Starlink, empresa de Elon Musk; abrió la posibilidad de que los clubes de fútbol se conviertan en Sociedades Anónimas, algo que viene empujando Mauricio Macri; a favor de las patronales, Milei busca desregularizar el sistema de aportes jubilatorios, donde la patronal no tiene la obligación de hacer los aportes para la jubilación de los trabajadores; por otro lado, con la derogación de la Ley de Alquileres dejan vía libre a los propietarios de cobrar en moneda extranjera y con los precios que ellos decidan, afectando al trabajador de una forma brutal, empujándolo a vivir en una casa familiar, a dejar de comer para pagar el alquiler, o directamente arrojándolos a la indigencia. Dentro de las medidas también entra la reforma laboral que sólo busca beneficiar a las patronales, eliminando las indemnizaciones, extendiendo el período de prueba de 3 a 8 meses, y quitando las multas por tener trabajadores en la informalidad. Contra la clase obrera desocupada, el gobierno anunció un congelamiento del Potenciar Trabajo, y un paupérrimo aumento que no le gana a la inflación. en la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar, además de lanzar amenazas contra quienes salgan a luchar, anunciando que dejarán de recibir ayuda social, lo cual significa una extorsión a cambio de mantener un programa que ya está totalmente licuado ante la inflación galopante que está viviendo la Argentina. Sin duda el enemigo del gobierno de Milei-Villarruel es la clase obrera y el pueblo. Sólo gobiernan para los monopolios.
Además de todas las medidas ya mencionadas, Javier Milei planteó privatizar, entre muchas más, YPF y Trenes Argentinos, además de proponer la venta de litio por monedas. Éste es un proyecto de desmantelamiento de lo poco que queda en manos del Estado. Aunque como comunistas sabemos que el Estado está en manos de la burguesía, no podemos avalar la pérdida total de soberanía sobre nuestros recursos naturales; cuando el presidente dice que Elon Musk y el gobierno de EE. UU. Están interesados en nuestro litio, significa la entrega total de nuestro patrimonio a distintos monopolios, así como el gobierno de Alberto Fernández, Massa y Cristina Kirchner entregaron muchos de nuestros recursos a monopolios chinos.
Es urgente la nacionalización de nuestros recursos naturales y los resortes estratégicos de la economía argentina, un programa de industrialización a nivel nacional, reconstrucción de la marina mercante, reconstrucción de la red ferroviaria que antiguamente conectaba el territorio nacional en toda su extensión y actualmente se encuentra desmantelada, la regulación del mercado inmobiliario y el impuesto a las viviendas ociosas, la reducción de la jornada laboral a 6 horas, la nacionalización de la banca y el comercio exterior, y la ruptura con el Fondo Monetario Internacional. Son sólo algunos puntos programáticos de salida de emergencia para la crisis que estamos viviendo. Sabemos que ningún gobierno de administración capitalista quiere o está en condiciones de llevarlos a cabo, y que sólo se aplicará cuando la clase obrera tome en sus manos los destinos de la Patria.
Las tareas actuales de la clase obrera, y por ende de los comunistas, es llevar adelante una confrontación abierta contra el gobierno, en defensa de nuestros intereses, en defensa de nuestros recursos, de nuestra Patria, de los derechos conquistados y los que falta conquistar, por el trabajo, por el pan y la vivienda, que son las necesidades básicas que necesita el ser humano para subsistir; organizándonos en nuestros centros de trabajo, de estudio, en nuestro barrio, en las sociedades de fomento, en los centros de jubilados y en todos lados donde nos movamos, y en unidad táctica con todas las fuerzas populares que quieran enfrentar a este gobierno anti obrero y anti popular. Es momento de fomentar el multisectorialismo en los movimientos de masas, conociendo sus limitaciones, pero fomentando los espacios de encuentro entre vecinos, estudiantes y obreros, impulsando movilizaciones, cacerolazos, piquetes, bloqueos, boicots, asambleas y todo lo que se pueda realizar y las condiciones permitan, impulsando la participación en la Huelga General de 24 de Enero, para lograr vencer todas estas medidas contra nuestra clase; y todo esto en pos del Plan Estratégico, sin olvidar que nuestro camino es el socialismo-comunismo, la Patria Socialista, sin explotados ni explotadores.