Han pasado 8 años de aquel gris día que los comunistas argentinos recordamos con mucho dolor, dejaba de pensar el gran marxista-leninista argentino, nuestro camarada Patricio Echegaray, a quien recordamos con mucho cariño y como representación, no sólo de parte de la historia del movimiento obrero y comunista de Argentina, sino también como un cuadro bolchevique clave en el movimiento comunista internacional.
Dirigente de La Fede en los 80′, encabezó y desarrolló una fuerza juvenil revolucionaria histórica en el largo camino de nuestro Partido. La Fede de las FeriFiestas, de los picnic, de las Brigadas del Café, del Qué Pasa y Aquí y Ahora; La Fede de los 100.000. Y aún más destacable, dirigió, encabezó y desarrolló La Fede que puso en debate cuestiones estratégicas esenciales en nuestra organización: autocriticar el lastre reformista y poner en discusión la cuestión del poder, de tirar al basurero de la historia la teoría etapista de la revolución, y poner al Partido en el lugar donde corresponde y no como furgón de cola de la burguesía.
La línea del XVI Congreso, la línea de Patricio y los revolucionarios ganó en el 86; con algunos métodos acertados y otros errados, sentaron las bases para profundizar una estrategia revolucionaria en Argentina, la cual se vio trabada por elementos reformistas que convivieron dentro de la organización, y, además, por el factor influyente que fue la victoria de la contrarrevolución en la URSS, suceso que golpeó a todo el Movimiento Comunista Internacional.
Con sus aciertos y errores, reivindicamos a Patricio como un actor fundamental al salvar al Partido de su disolución en los 90′. Cuando todo el arco oportunista y claudicante hablaba del fin de la historia, valientemente nuestro Partido -con Patricio a la cabeza- sacó un gran documento titulado “La carta de los 5” junto a otros 4 partidos revolucionarioss, poniendo en debate la crisis capitalista y la necesidad de seguir luchando por el socialismo. Cuando los liquidacionistas querían disolver el Partido Comunista para integrarlo en un frente amplio dirigido por la burguesía, los camaradas con puño de hierro -con Patricio a la cabeza- impidieron su disolución.
Patricio Echegaray demostró ser un cuadro bolchevique probado en la práctica, claro ejemplo de esto fue tomar la tarea que Fidel le encomendó de incursionar en la selva colombiana para poder conversar, entrevistar e intercambiar posiciones con el Comandante Marulanda de las FARC-EP, tarea sumamente difícil, pero que cumplió al pie de la letra, dejando ver su grandeza como dirigente y dando el ejemplo de poner el cuerpo como todo comunista debe hacer.
Aunque vemos críticamente la decisión de que el Partido vuelva a la senda de la alianza con un sector de la burguesía, y termine en apoyo “crítico”, después apoyo, y después subordinación al peronismo-kirchnerismo, no podemos negar el papel revolucionario que tuvo Patricio Echegaray al interior del Partido y, sin duda, al exterior de la organización. Hoy la gran tarea que tenemos es construir el Partido Comunista Argentino, con la esencia combativa del XVI Congreso, con el ejemplo revolucionario de Patricio para poder volver a poner al Partido donde corresponde: al servicio de la clase obrera para la revolución.