Por la Federación Juvenil Comunista – Argentina de Entre Ríos
Tras el indiscutible ajuste económico sobre los sectores más empobrecidos de la sociedad, se integra entre estas medidas un recorte al presupuesto docente y a la educación pública a nivel nacional, convalidado por gobiernos provinciales, como el de Frigerio en Entre Ríos. Lo que ha puesto en disputa el comienzo de clases, y en duda el abrimiento mismo de algunos establecimientos educativos, dado el choque de intereses entre docentes, gremios y el gobierno, ante la falta de garantías, no sólo de sueldos acordes, sino también del estado de las escuelas provinciales, a días de comenzar el ciclo lectivo.
Desde el Consejo General de Educación (CGE) se ha hecho un relevamiento provincial sobre las escuelas, arrojando que más de 180 no están en condiciones edilicias para su reapertura y que “actualmente hay 304 edificios escolares que necesitan urgentemente el comienzo del programa Patio Limpio” . Hecho al que se suma una reducción general por parte de la Nación al presupuesto educativo en todos los niveles , entre la negación a pagar el Fondo de Incentivo Docente (FONID) , el no aumento y universalización de becas tantos nacionales como provinciales, y el conflicto por las paritarias que se están llevando a cabo.
En Entre Ríos, el gobierno de turno habría propuesto un aumento del 18% sobre la base de los sueldos de enero (sabiendo que desde diciembre los sueldos de los trabajadores se devaluaron a la mitad, y que tuvo una inflación mensual del 20,6%); también, junto al CGE, llevar a cabo el plan “Patio Limpio”, anteriormente implementado, que despoja al Estado de cumplir su deber como garante del derecho básico a una educación de calidad y deja en manos de la comunidad la “construcción” de la educación pública . No evaluando los daños y riesgos a lo que somete a la comunidad educativa, ya que no sólo se requiere pintura para embellecer las aulas como los funcionarios pregonan, sino que urge las obras de refacción y mantenimiento, ante la falta de agua, cableados expuestos, filtraciones de agua, caída de techos, etc. Que no pueden postergarse, porque nuestra educación pública ya tiene mártires.
Además, el recorte a los comedores y merenderos comunitarios no sólo agrava la ya generalizada crisis alimentaria que se está sufriendo, sino que impacta en detrimento también al acceso a un plato de comida o vianda que proveen los comedores escolares y universitarios a la vida de los estudiantes. Puesto que, al reducirse el Ministerio de Educación al Ministerio de Capital Humano, el recorte de las partidas a los comedores escolares también se vio afectado. Otro derecho tan básico y esencial como la alimentación, es vulnerado.
Ni hablar, por supuesto de la crisis del transporte público que afecta la movilidad del pueblo y es un obstáculo para el trabajo y cursado.
¿Qué nos deja esta descentralización y desregulación económica a los estudiantes, docentes y no docentes de las comunidades educativas? Claramente, una fuerte incertidumbre sobre cómo se dará este ciclo lectivo, por eso, desde la Federación Juvenil Comunista del Partido Comunista Argentino, hacemos un llamamiento a la organización de los trabajadores y estudiantes para la lucha contra el ajuste al pueblo y el reclamo por el derecho a una educación y alimentación sin impedimentos.
Si hay algo en lo que no se equivocan los colaboradores es que la educación pública la construimos nosotros, en comunidad, de igual forma que la defendemos. Y reafirmamos que la educación es un derecho humano fundamental, constitucional, no un servicio ni una mera mercancía.