La situación de la Universidad Nacional de Entre Ríos

Por la Federación Juvenil Comunista – Argentina de Entre Ríos

Desde fines del año 2023, y tras la asunción de Javier Milei como presidente, se preveía y advertía acerca de la ya producida situación crítica de la educación pública; en Entre Ríos, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Entre Ríos cerró su última sesión el año pasado declarando la “sesión permanente” frente al recorte presupuestario y desde entonces no se ha cesado la organización y lucha frente los nuevos desafíos.
La comunidad educativa de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (FTS-UNER), por nuestra parte, venimos dando batalla a estas embestidas sobre el derecho al trabajo, a la educación, a la información y demás, que las corrientes políticas económicas de ambos gobiernos nacional y provincial han supuesto.
El ajuste ha causado graves situaciones sobre sedes de la facultad y comisiones de estudiantes dentro del interior de la provincia que han quedado sin la oportunidad de estudiar o cuya oportunidad pende de un hilo.
En Gualeguaychú, las licenciaturas en Trabajo Social y Ciencias Políticas se dictan en cohortes cerradas y se sostienen con un convenio de presupuesto repartido entre la FTS y el gobierno municipal, sin embargo, a días de comenzar a cursar, los estudiantes recibieron la noticia de que no iban a poder terminar sus estudios y que su sede quedaba esencialmente disuelta. No dispuestos a renunciar, estudiantes de la sede gualeguaychuense –ya en su cuarto año– y estudiantes de Paraná se han organizado para visibilizar el estado de las cosas y hacer oír sus reclamos y críticas, lo que ha resultado en la reapertura de las carreras, mas no inconsecuente: de ser una cursada 50% virtual y 50% presencial en años anteriores, pasarán a dictarse en una modalidad 75% virtual y 25% presencial, además, el espacio destinado para la cursada presencial no cumple con las condiciones necesarias, entorpeciendo u obstaculizando considerablemente la calidad en la experiencia práctica de dictado y aprendizaje de los estudiantes, quienes, según han comunicado por sus redes, exigen transparencia de las autoridades responsables, calidad educativa y se mantienen en alerta por la continuidad de sus estudios.
Por otra parte, la Facultad de Trabajo Social ofrece una propuesta académica a día de hoy bastante invisibilizada, y que, con el actual recorte, viene aguantando golpe tras golpe: la Tecnicatura Universitaria en Interpretación de Lengua de Señas Argentina-Español (TUILSA-E). Esta tecnicatura también se dicta en cohortes cerradas que dependen de gran interés para abrirse; el año pasado se hizo un relevamiento de más de mil interesados en la región y se dictaron cursos intensivos y exámenes de suficiencia, tanto en Paraná como, por primera vez, en Concordia. Desde el año pasado, para poder extender la carrera a la costa del Uruguay, la FTS había acordado con la Facultad de Ciencias de la Alimentación (FCAl) en Concordia una división equitativa del presupuesto para poder desarrollar la carrera, sin embargo, una vez más, por la gravedad del recorte presupuestario y a una semana de dar comienzo, con los cursos intensivos cursados, exámenes de suficiencia rendidos y el Curso de Ambientación a la Vida Universitaria (CAVU, curso obligatorio para ingresantes de la UNER) aprobado, la FCAl suspende la TUILSA-E concordiense y deja a alrededor de noventa estudiantes varados.
En tanto esta carrera tenía previsto dictar seis materias en su primer cuatrimestre, con el presupuesto a medias pasaron a ser tres—dejando desafectados a varios docentes, incluso dentro de las cátedras que sí quedaron, y alargando el tiempo de cursado total de la carrera.
Si bien la FTS, las respectivas coordinaciones académicas y los estudiantes en solidaridad y organización hacen lo posible para no cerrarles las puertas a ninguno de los inscriptos y seguir promoviendo una educación pública, gratuita y horizontal, es poco lo que pueden ofrecer sin el soporte necesario, en medio de una crisis económica inflacionaria y sin detrimento en la calidad de tanto la enseñanza como el aprendizaje. Como ejemplos están la situación ya nombrada de las condiciones materiales en el cursado presencial gualeguaychuense, pero también el intento de dictar una cátedra de siete horas en la TUILSA-E sobre la única materia de cursado presencial obligatorio que buscó acoger a los estudiantes de la comisión de Concordia en Paraná una vez al mes, teniendo en cuenta el estrago que ha producido también la crisis del transporte y que impide económicamente el traslado de los estudiantes más alejados de Paraná, causando una brecha vertical en el acceso a la educación pública.
Toda la actual situación acredita una violación indiscutible sobre el derecho al trabajo, la educación y también la información que el Estado debería garantizar, ya que tenemos que batallar la desinformación de propaganda sistemática que intenta acallar y desmovilizar a la población en lucha (como los fantasmágoricos titulares sobre el “aumento del 70%” que resultó ser no más que una farsa sobre el 3 a 5 porciento del presupuesto total de las universidades: los gastos de funcionamiento de un edificio; o aquellos sobre ser un “tema saldado” en vísperas de la Marcha Federal Universitaria).
Trabajadores y estudiantes no vamos a darle a gobiernos y secuaces la satisfacción de hacer de la educación un negocio, ni de nuestra renuncia ni resignación; queremos seguir ampliando el derecho a la educación y al conocimiento, y ha quedado más que demostrado en todas y cada una de las jornadas en defensa de la educación pública donde se han, incluso, desarrollado clases públicas enmarcadas en los paros nacionales.
Ante la clara intención del Estado burgués y sus funcionarios entreguistas de, no sólo vulnerar, sino abiertamente destruir estos derechos básicos, seguimos insistiendo en la necesidad de ampliar la organización de las luchas y avanzar hacia una coordinación de las mismas. Debemos encaminarnos hacia una verdadera unificación de los conflictos que se están dando, con el objetivo de agrupar a todos los sectores del pueblo trabajador afectados, además de una visibilización de las problemáticas emergentes, y la conformación de un movimiento obrero-estudiantil con conciencia de clase que encare al capitalismo sanguinario en sus intentos de desmovilizar, desmoralizar y saquear al pueblo y territorio argentino, un movimiento que encabece la marcha hacia una Patria Socialista.