Orientacion entrevistó a Eduardo Soares, titular de la Gremial de Abogados, militante revolucionario y dirigente de Convocatoria Segunda Independencia sobre la situación de la familia Villalba que se encuentra en Argentina.
―¿Cuál es la situación actual de la familia Villalba? ¿En qué consiste todo el proceso de persecución? ¿Cuáles son los antecedentes de estos grados de persecución? ¿Hace cuánto la familia Villalba viene siendo perseguida?
El problema de Paraguay es la tierra. A diferencia de otros países donde el sujeto activo de un proceso revolucionario es la clase obrera industrial, como es el caso de Argentina, Brasil; en Paraguay el sujeto activo en los últimos cien años ha sido el campesinado, es decir, la lucha por la tierra ha sido entre el campesinado y los grandes latifundistas. Esa lucha elevó su nivel cuando aparecieron el monocultivo, los agrotóxicos, los fumigantes, que empiezan a desarrollar, especialmente en las partes más selváticas, un alto nivel de deforestación, lo cual expulsa a cientos de campesinos a las grandes ciudades de Argentina y de otros lugares; pero muchos también se quedan peleando. El campesinado viene dando una pelea durante los últimos cien años, hubo una pelea muy grande durante el gobierno de Alfredo Stroessner y también posteriormente. En los últimos tiempos, hace unos veinte años, del seno de un partido de izquierda que fue diezmado también con muertos, presos, incluso con presos que están cumpliendo condenas de 35 años, como los seis campesinos que vinieron a la Argentina, nace el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), una guerrilla al estilo tradicional de Nuestramérica, pero con una diferencia con otras guerrillas: no es trasplantada, es decir, está compuesta por campesinos, no se trata de una guerrilla con sectores de capas medias que van al monte. De la juventud del partido Patria Libre diezmado, chicos, adolescentes, hace veinte años forman el Ejército del Pueblo Paraguayo y van a pelear al monte, primero a enfrentar a los grandes latifundistas, en una pelea durísima contra sicarios; pueden ejecutar varios sicarios, que en realidad son paramilitares brasiguayos (brasileños y paraguayos, como dicen ellos), y eso escala cuando el gobierno interviene la zona, militarizándola por decreto e impone el estado de excepción, lo cual significó ya no pelear contra los sicarios ni contra los latifundistas, sino contra el propio Estado. Ésta es la situación de la guerra revolucionaria en Paraguay hoy en día.
La familia Villalba aporta mucho a esa organización: su Comandante, Osvaldo, murió en combate hace dos años, a sus 32 años, uno de los comandantes guerrilleros más jóvenes de América Latina, hermano de Carmen Villalba, de Laura Villalba, de Myrian Villalba; además de que muchos de los compañeros que hoy están ahí son también parte de la familia Villalba. Carmen Villalba lleva 20 años presa, y cuando estaba por salir le arman otra causa para darle 18 años más; Carmen está presa desde muy joven, todos eran muy jovencitos cuando iniciaron la lucha interna formando el EPP. Esa guerra, como dije, se empieza a desbalancear a favor del Estado cuando aparecen los asesores estadounidenses, la USAID, asesores colombianos, israelíes, y la guerra comienza a tener las características de cualquier guerra en otros lugares de Nuestramérica, como es el caso de Colombia, incluso la Argentina misma.
El Estado genocida y las fuerzas armadas hacen algo de manual: golpean a los niños, hace más de diez años asesinan a Néstor, el hijo mayor de Carmen Villalba mientras ella se encuentra en la cárcel, y entonces obligan a que muchas mamás, embarazadas en algunos casos o con niños muy chiquitos en otros, vuelvan a la Argentina. Ahí es donde aparece la Gremial de Abogados, ayudando a que se instalen primero en Puerto Rico, que está a 100 metros del Río Paraná, ahí cruzando hasta Paraguay, en una chacrita; y están ahí diez, doce años. Ahí crían a sus hijos, ahí nacen Lilian y María Carmen, las dos niñas de 11 años asesinadas en el año 2020. Se desarrolla con normalidad la vida de estos chicos, Laura Villalba estudia enfermería y se recibe de enfermera.
Cuando los niños crecen, quieren ir a conocer a sus padres. Sus padres son guerrilleros que están en el monte, para conocerlos tienen que ir al monte. Establecen un campamento no beligerante, con niños de entre 11 y 18 años, sólo un mayor, que es Laura Villalba. Un campamento no beligerante, sin armas. Y ahí se produce una situación que también es de manual: la Fuerza de Tarea Conjunta, el Ejército Paraguayo, ataca ese campamento, toma vivas a Lilian y María Carmen, las tortura y las asesina, y dicen públicamente que se trataba de un campamento guerrillero, que las niñas tenías 23, 24 años; las pericias determinan la edad real. Hieren a Lichita Villalba en la cabeza, ya que también estaba ella junto a Anita. Ambas pueden escapar. Lichita y Anita Villalba son las hijas mellizas de Carmen Villalba, y hermanas de Néstor, asesinado años atrás.
El campamento se dispersa: por un lado va Tania, que era un poco mayor y tenía unos 18, 19 años, junto a Anita, y quedan perdidas en la selva, tardando dos meses en llegar a la frontera, donde las vamos a retirar; por otro, queda Laura con Lichita. Laura baja a buscar cosas para sobrevivir, y cuando vuelve Lichita ya no está más. Algunos miembros de un pueblo originario de la zona le dicen que la vieron subir forzosamente a un camión militar. Nunca más apareció. Laura la sale a buscar, y es detenida. Hoy está acusada de terrorismo, y se arriesga a una condena de 35 años de prisión.
En Argentina se inicia una acción muy dura contra la familia Villalba. El Ejército del Pueblo Paraguayo envía tres importantes milicianos a tratar de rescatar a las niñas, pero los estaban esperando y son ejecutados en el lugar. A partir de ahí comienza una iniciativa muy grande contra la familia en Argentina por parte de Paraguay, con drones y demás; es ahí donde la Gremial ayuda a que se trasladen para Buenos Aires. Sin embargo, la persecución continúa, y la Gremial inicia un pedido de refugio político.
En Buenos Aires, ya con 13, 14 niños y adolescentes, desde Mariana, de 82 años, hasta niños de 5, 6 años. Podemos instalarlos en Buenos Aires, en Avellaneda, pero la persecución continúa. El Estado paraguayo inicia un pedido de detención con fines de extradición, que la Gremial logra parar, porque invoca el refugio político; pero las chicas deben salir de la casa donde estaban. Es decir, los niños están ahora con resguardo de institutos de menores y de la justicia, a cargo de abogados de la Gremial de abogados. Yo mismo tengo a mi cargo 6 niños, es decir, soy el tutor de 6 niños. Los niños han quedado solos, no tienen madre, no tienen tías, no tienen a sus hermanas mayores, no tienen a sus abuelas, están en otros lados o están a resguardo.
― ¿Cuál ha sido la respuesta de los distintos gobiernos argentinos sobre la familia Villalba?
Los primeros gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, los doce años de década ganada, fueron de terror. Cuando subió el Obispo Lugo, el gobierno kirchnerista envió una brigada del Ejército. En ese momento el Ejército estaba a cargo de un teniente general de nombre Milani, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, muy ligado al kirchnerismo, hombre que viene de la inteligencia militar y que ha sido acusado de delitos de lesa humanidad; y le manda a Lugo una brigada de inteligencia para combatir al EPP. Eso hizo el gobierno kirchnerista, y, además, entregó a la justicia de Paraguay a los seis patriotas paraguayos que fueron detenidos acá y que hoy están cumpliendo condenas de 35 años.
El último gobierno kirchnerista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner tuvo otras actitudes, tenemos que reconocerlo. Con el caso de las niñas asesinadas se portaron bien tanto el canciller Felipe Solá, así como también -y especialmente- su vicecanciller Tettamanti, además del cónsul en Paraguay; se movieron mucho, trabajaron con la Gremial de Abogados. No se movieron tanto por Lichita, indicando que Lichita es paraguaya, pero por las nenas argentinas nacidas acá sí se movieron. Se portaron muy bien en cuanto a no permitir la persecución a la familia Villalba acá en Argentina, prestaron cobertura.
― ¿Cómo se viene desarrollando la lucha política y judicial contra la persecución brutal que viene sufriendo la familia Villalba?
La Gremial de Abogados acaba de tener un triunfo contundente, ya que tanto el fiscal como el juez tuvieron que rechazar el pedido de extradición. Por lo tanto, el Estado paraguayo no puede iniciar la extradición en estas condiciones. El gobierno dice que va a quitarles el refugio, para ver si pueden comenzar nuevamente con el pedido de extradición, lo cual va a ser difícil, porque, aunque le quiten el refugio, tienen que posibilitar que las mujeres pedidas en extradición puedan ir a un tercer país. Todas las mujeres guarecidas, Mariana Villalba de 83 años, Rosa Villalba, Myrian Villalba de entre 40 y 50 años, Tania de más de 20 años, y Anita Villalba, ademá de los 12 niños a cargo de la Gremial, que los tenemos a nuestro cargo, con lo que eso implica criar 12 niños. En eso tuvimos dos ejemplos, nos manejamos con dos ejemplos históricos: lo que hizo la Unión Soviética con los niños de la guerra, los huérfanos de los republicanos en la Guerra Civil Española, para evitar que caigan en manos de los fascistas, fue llevarlos a Moscú, y nosotros tenemos ese ejemplo, los trajimos acá y los tenemos bajo nuestra custodia; y el otro ejemplo es la famosa Casa Montonera en Cuba, donde nosotros llevábamos nuestros niños cuando había que venir a pelear a la Argentina, para que la dictadura no los capturara o los matara.