La Reforma Laboral de Milei y Villarruel: ¿Qué es y cómo combatirla?

Es moneda corriente ver cómo la democracia liberal, década tras década, impulsa reformas bajo la falsa intención de “modernizar” las relaciones laborales. Hemos visto a distintos partidos políticos, de uno u otro color, proponer estas reformas antiobreras año tras año, lo cual termina poniendo en evidencia que, lejos de gobernar en pos de las mayorías obreras, su principal interés es garantizar menos derechos para los trabajadores, mientras le aseguran mayores ganancias a la burguesía. El gobierno de Javier Milei no iba a ser diferente. Luego de las elecciones, con la menor participación desde la vuelta a la democracia en 1983 y donde La Libertad Avanza se adjudicó la victoria, el oficialismo se viene preparando para el envío de su tan esperada Reforma Laboral al Congreso. La intención de esta reforma es facilitar la inversión y creación de trabajo, menguando las condiciones laborales de la clase obrera, y, de esta manera, lograr mayor atractividad al reducir los costos de contratación. En estos tiempos de profundización de las contradicciones de clase, vemos a muchos trabajadores apoyar la reforma, con argumentos que sólo pueden ser explicados por la falta de información que nuestra clase recibe sobre lo que sucede en el Congreso. Es de suma importancia que el Partido de la clase obrera tome el rol, activamente, de informar a los trabajadores desinformados de su condición como explotados. Por consiguiente, vamos a desarrollar una explicación de qué significan los puntos más importantes de esta reforma. 

El primer punto a destacar es la eliminación de principios protectorios del trabajador. Esto significa la eliminación de la actual ley en la que se contempla la relación arbitraria existente entre trabajadores y empleadores, dando cuenta que no están en igualdad de condiciones, y, ante la duda, se debe hacer una interpretación favorable al trabajador. La eliminación de estos principios, pone al trabajador en una posición desventajosa dada su relación con los medios de producción.

El siguiente punto, y tal vez más llamativo, es la ampliación de la jornada laboral. La actual ley (11.544) establece una jornada laboral de un máximo de 8 horas diarias o 48 horas semanales. La reforma laboral pretende llevar este máximo legal a las 12 horas, privando a los trabajadores del tiempo de descanso y ocio mínimo que requerimos. Es sin duda un atraso significativo hacia los derechos de la clase obrera, que, en Argentina, conquistamos las 8 horas hace casi un centenario. A pesar del avance tecnológico que hubo en los últimos 100 años, la burguesía pretende ampliar el horario laboral, porque no tienen interés alguno en la eficiencia de la labor realizada, ya que todo el despliegue tecnológico sólo le es útil para maximizar ganancias y no minimizar horario laboral.

Sumado al atraso ya enumerado, el proyecto de ley pretende avanzar sobre los derechos en caso de enfermedad. En estas ocasiones, los trabajadores ya no contarán con la posibilidad de tener el cobro de su sueldo, sino que será sustituido por una prestación no remunerativa que corresponde al 80% de su salario.

Por otro lado, se encuentra la flexibilidad del Ius Variandi, que es la facultad del empleador de modificar unilateralmente ciertas condiciones de trabajo. Actualmente los trabajadores se encuentran protegidos ante el cambio de condiciones de trabajo del empleador, y, con la reforma, se pretende extender las posibilidades de cambio de las mismas. Esto puede significar, por ejemplo, el traslado de un área de trabajo, aun cuando esto perjudique al trabajador.

En carácter de derechos sindicales, la nueva reforma abarca ciertos cambios. El primero, es la intervención por parte de los empleadores en cuestiones de organización sindical. Esto implicaría que el empleador tendría la potestad de decidir cuándo se realizan asambleas, si es que lo permite en primer lugar. La única arma para luchar contra la explotación, la organización obrera, está siendo arrebatada de las manos de nuestra clase, librando a su suerte a los trabajadores frente a los avances de la patronal.

El siguiente cambio es la restricción de la tutela sindical a sólo la figura del delegado, dejando desprotegido a miembros de comisiones y delegados suplentes frente a los posibles despidos, como respuesta a la acción sindical que puedan llevar a cabo. Este cambio restringe los métodos de lucha que puede llevar a cabo la clase obrera, ya que un mayor número de obreros quedarían desprotegidos y con más posibilidades de perder su medio de subsistencia. 

Otro de los tan llamativos cambios es la desprotección ante despidos arbitrarios, la creación del tan nombrado fondo de cese de empleo no es más que la eliminación de indemnización por antigüedad. Destacando que nunca fue en Argentina ilegal despedir, pero actualmente no es gratis hacerlo sin razón alguna; la creación del fondo por cese es la autorización para que comience a serlo, si bien establece que la habilitación será por medio de convenio, es la precuela a una destrucción de permanencia en el empleo.

Dentro de los cambios en los pagos, podemos destacar la eliminación de horas extras (su forma de pago), como la eliminación de la gratuidad de la cuenta sueldo y la posibilidad de la existencia de otros pagos que difieran del efectivo.

A los trabajadores nos toca decidir entre las ganancias de los patrones o nuestras vidas y las de nuestras familias; no podemos confiar en el Congreso, ya que éste no hará nada para evitar (ni mucho menos revertir) la situación de miseria a la que se nos arrastra dentro del sistema capitalista.

Lo que necesitamos es un llamado a la acción, a tomar las calles en contra de esta reforma, combatiendo abiertamente a las burocracias sindicales, cómplices del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel; lo que necesitamos es un plan de lucha que le haga frente, no sólo a quienes hoy nos someten y llevan adelante una verdadera masacre social contra nuestra clase, sino también contra la explotación y miseria que significa la vida de los trabajadores en el capitalismo.

Frente a la crisis que sufre nuestro país y la feroz arremetida patronal, a los trabajadores sólo nos queda reconstituir la unidad de la clase obrera y las instancias que en las últimas décadas se nos ha robado, generando espacios donde los trabajadores podamos dejar de lado el rol pasivo al que se nos intenta resignar, donde podamos ser protagonistas de la toma de decisiones, donde se levanten banderas y consignas propias.

Durante estos dos primeros años de Javier Milei y Victoria Villarruel en el poder, hemos sido testigos del rol desmovilizador de la burocracia sindical y la CGT, que permitieron el crecimiento de la miseria a pasos agigantados, sin intentar ni permitir un solo golpe al gobierno nacional. Éste es el accionar del sindicalismo peronista, que históricamente se ha posicionado del lado patronal, levantando las banderas de la conciliación de clases. Pero los comunistas llamamos a los trabajadores a superar los lastres que los intentan mantener inmóviles ante una de las mayores ofensivas que hemos enfrentado por parte de la burguesía. Debemos constituir una resistencia que implique tomar la iniciativa política yendo nosotros hacia la ofensiva, con los métodos históricos de la clase obrera, no sólo contra la reforma laboral, sino contra el gobierno que viene llevando adelante esta masacre social, con el objetivo de poner en pie un movimiento obrero que rompa con las acciones aisladas y los conflictos sectorizados, para avanzar hacia una verdadera intervención dentro de la lucha de clases.

¡PARA DIFUNDIR: 11 PUNTOS PARA ENTENDER LOS CAMBIOS QUE PROPONE LA REFORMA LABORAL DE JAVIER MILEI Y VICTORIA VILLARRUEL!

1) Eliminación de principios protectorios del trabajador: In dubio pro operario, irrenunciabilidad. La actual ley (20.744) contempla la relación arbitraria existente entre proletarios/trabajadores y empleadores, por eso mismo establece que no es posible renunciar a los derechos laborales existentes en su art. 12 (irrenunciabilidad); y en su art. 9 establece que ante una duda se deberá hacer una interpretación favorable al trabajador.

2) Probabilidad de la ampliación de la jornada laboral, pasando de ser de un máximo de 45 horas semanales (9 horas diarias) a 12 horas diarias

3) En caso de enfermedad, los trabajadores ya no contarán con la posibilidad de tener el cobro de su sueldo, sino que será sustituido por una prestación no remunerativa que corresponde al 80% del salario.

4) Flexibilidad del JUS VARIANDI: actualmente los trabajadores se encuentran protegidos ante el cambio de condiciones de trabajo del empleador, y con la reforma se pretende extender las posibilidades de cambio de las mismas.

5) Cambios en la forma de pago: eliminación de la gratuidad de la cuenta sueldo, posibilidad de la existencia de otros pagos que difieran del efectivo.

6) Restricción de tutela sindical a solo la figura del delegado, dejando desprotegidos a miembros de comisiones, delegados suplentes, etc.

7) Permite la intervención de empleadores en cuestiones de organizaciones sindicales.

8) Establece la posibilidad de que se modifiquen convenios anteriores, aun cuando se negocien condiciones a la baja.

9) Eliminación de responsabilidad solidaria en caso de subcontratación.

10) Eliminación de horas extras (su forma de pago).

11) Desprotección ante despidos arbitrarios: la creación del tan nombrado fondo por cese de empleo no es más que la eliminación de indemnización por antigüedad. Destacando que nunca fue en Argentina ilegal despedir, pero actualmente no es gratis hacerlo sin razón alguna. La creación del fondo por cese es la autorización para que comience a serlo, si bien establece que la habilitación será por medio de convenio, es la precuela a una destrucción de permanencia en el empleo.