Partido Comunista Argentino y Federación Juvenil Comunista – Argentina de Entre Ríos
Los intentos por acallar los gritos de hambre no cesan, y la docencia está vivenciando los peores entorpecimientos de su justa protesta.
Desde la asunción del gobierno nacional y provincial se han revelado en sus dos caras la misma moneda: la explotación laboral desmesurada en conjunción con el feroz saqueo al pueblo, los trabajadores de la educación lo sienten cada vez más intenso.
No bastaba con que la docencia fuese ya uno de los ámbitos laborales más precarizados: entre las infraestructuras falentes, los estudiantes cada vez más reaccionarios y la pérdida salarial infrenable aún con más de dos trabajos; ahora también se busca castigar cualquier suerte de reclamo, y la burocracia sindical de AGMER, AMET Y SADOP desilusionan mejor que nadie. El que podría haber sido un hecho histórico en la lucha docente –¡cinco días de paro declarados prácticamente por unanimidad!– se vino abajo. A las tensiones por el proyecto –ya aprobado en Diputados– de declarar la esencialidad educativa, que busca poner en el centro del debate “la pérdida de conocimientos en los estudiantes y la falta de sostenimiento de la educación ante menos días de clases”, pero que no es más que otra cruel medida para profundizar la explotación y castigar el paro, y desmovilizar la organización de los trabajadores explotados, se suma la conciliación obligatoria dictada por el CGE y la Justicia en contra de las medidas de fuerza, todo en línea con la reforma laboral lanzada por el gobierno nacional y apoyado por Frigerio en Entre Ríos, y que las dirigencias sindicales, sin más ni menos, acataron, evidenciando la quita de derechos para los trabajadores, quienes tienen cada vez menos margen de reclamo, al ser la protesta reprimida con represalias carcelarias o salariales (ejemplificado en el caso de Daniela Calarco del MTR Votamos Luchar por el Cambio Social, quien continúa presa hace más de dos meses, por luchar contra la aprobación de Ley Bases).
Los salarios de los docentes, al igual que el de muchos trabajadores, no alcanza a cubrir el valor de la canasta básica. Sin FONID, con montos en negro, básicos de miseria, recortes, no se puede sostener la educación. El aumento del transporte público también es otro condicionante para el bolsillo de la clase trabajadora, para quienes el poder adquisitivo es todos los días un poco menos. El CGE ha mostrado nuevamente su aval a las políticas ultraderechistas de Javier Milei, quien, además de eliminar el Ministerio de Educación, recorta la mercadería a los comedores escolares, y no invierte en infraestructura, salarios y becas. Al mismo tiempo que resuena el monto de los salarios para senadores, un docente cae en la indigencia.
Hay plata, pero está mal distribuida, lo que demuestra las prioridades del gobierno. Fregonese dice entender el reclamo, pero inescrupulosamente lo lleva a la Justicia, fija el sueldo por decreto, y descuenta los días de paro.
Estas son algunas de las maniobras del voraz Estado capitalista y los enemigos de clase, cómplices de dilatar en el tiempo el infortunio y la pobreza a fin de abstenerse a las legalidades de un sistema cada día más injusto que juega en contra de los trabajadores a costa de quienes ellos se enriquecen para desesperanzar la lucha revolucionaria. Sin embargo, cada vez se dejan entrever más las contradicciones, en el acatamiento sumiso y la obligatoriedad no hay libertad que valga y se agravan los descontentos en las internas gremiales que convocan a la concentración y las acciones reivindicativas a pesar de los hechos, aunque estas medidas, lamentablemente, quedan flojas e improvisadas, sin ejercer el más mínimo cambio en el plan de ajuste del gobierno. Qué mayor evidencia de la flaqueza sindical para conducir el reclamo de la clase trabajadora.
Es innegable ya a estas alturas, la gran labor de los docentes, quienes han sido siempre mal pagos, bajo todos los gobiernos. Ni “trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones”, como dijo Cristina Kirchner, ni “son adoctrinadores y vagos”, como plasma Milei.
Por esto las mejoras no deben descansar en la quietud de las burocracias sindicales, sino que hay que buscarlas, y para ello hay que organizarse y luchar, de manera consciente y constante. No sólo por las reivindicaciones más inmediatas de salarios y condiciones, sino por una verdadera transformación política de carácter socialista, donde quienes gobiernen sean los trabajadores.
Felicitamos la solidaridad de clase demostrada por las familias de estudiantes de diferentes escuelas que apoyaron a los docentes no mandando a los hijos a clase.
Desde nuestro lugar, como siempre, recalcamos la necesidad de seguir organizándonos. Ante las falencias de los dirigentes, convocamos a movilizar, concentrar y generar un plan de lucha escalonado, dirigido por un movimiento obrero-estudiantil que tuerza el modelo de explotación que pretenden gestionar entre gobiernos y burócratas comprados.
Nos solidarizamos con la lucha que están llevando a cabo los docentes en los distintos puntos del país, y con los trabajadores de la salud de la ciudad quienes estuvieron llevando adelante una medida de fuerza ayer en el Hospital San Martín de la ciudad de Paraná.