En el Partido de Morón, como en tantos otros lugares de Argentina, las prestaciones privadas de la salud son algo común. En la zona céntrica se pueden encontrar diferentes clínicas que tienen convenios con obras sociales; una de ellas era la histórica Clínica Constituyentes, más conocida en el Oeste por su largo historial de ―lo que únicamente puede describirse como― trabajo no pago, más que por su atención a los pacientes de la zona.
A principios del año 2021, la Federación Juvenil Comunista de Morón participó de varias acciones junto a los trabajadores de la Clínica, pero el conflicto ya venía desde hace, al menos, cinco años. El problema siempre parece ser el mismo: no hay plata. Para los sueldos. Pero sí para seguir facturando a costa del trabajo de cientos de trabajadores.
A lo largo de estos años, el Sindicato de Sanidad ha hecho esporádicas apariciones, pero su rol principal siempre fue el de contener la bronca y desarticular los intentos de organización por parte de los trabajadores de la Clínica, lo cual demuestra nuevamente de qué lado quedan las conducciones burocráticas peronistas, siendo su papel el de conciliar, que no es más que sinónimo de mantener el orden establecido, donde las patronales son las que siempre terminan ganando, a costa de los cada vez más grandes atropellos a conquistas y derechos obtenidos por la clase trabajadora.
Tras años de idas y venidas, de lucha contra la patronal, y con un sindicato que funciona como extensión de la misma, la Clínica Constituyentes fue cerrada a finales del año 2023, adeudando meses y meses de salarios a los trabajadores. Si bien la amenaza de cierre era algo que rondaba desde hacía, al menos, tres años, en el último tiempo el vaciamiento fue brutal y 400 familias quedaron en la calle, con trabajadores con más de 20 años en la Clínica sin ningún tipo de indemnización.
Sin embargo, en junio de este año un nuevo sanatorio privado abrió sus puertas en reemplazo de la Clínica Constituyentes, de la mano del Grupo Olmos, su nuevo propietario. La nueva patronal abrió la Clínica Santa Clara, y durante la inauguración estuvo presente el intendente de Morón, Lucas Ghi, quien, a lo largo de sus casi cinco años al frente del municipio, nunca ha expresado ningún tipo de preocupación respecto a la situación devastadora de estos trabajadores, que durante años han sido ninguneados, explotados y finalmente echados, cuando la antigua patronal debe millones en sueldos adeudados.
Los trabajadores de la ex Clínica Constituyentes exigen que la anterior patronal cancele la enorme deuda que tiene con ellos, que incluye salarios sin pagar, aguinaldos e indemnizaciones por despido. Pero también denuncian al Grupo Olmos por sus falsas promesas antes de la apertura del nuevo sanatorio, ya que se les aseguró que revisarían sus casos individualmente para posibles recontrataciones en este nuevo espacio de salud. No obstante, a más de un mes de la inauguración del sanatorio, las jornadas de lucha siguen en pie, ya que esta patronal, al igual que la anterior, se desentendió completamente de una situación que lleva casi una década afectando a cientos de trabajadores y cientos de familias.