Hoy se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de una figura clave en la historia del comunismo y el movimiento obrero argentino. Gerónimo Arnedo Álvarez dedicó su vida a la revolución, organizando huelgas, enfrentando represiones y forjando conciencia de clase desde las bases.
Es imposible redactar la historia del movimiento obrero argentino sin nombrar a Gerónimo Arnedo Álvarez. Del mismo modo, también es imposible contar la gloriosa historia de los comunistas argentinos sin mencionarlo, porque el nombre de Arnedo está ligado a las grandes y heroicas páginas de la historia de nuestra clase social.
Un 12 de junio, hace 45 años, dejaba de pensar uno de los máximos cuadros del comunismo argentino. Su vida estuvo dedicada a la organización de la revolución en Argentina, desde las bases fabriles hasta la conducción partidaria.
De familia proletaria, Gerónimo Arnedo se instala en la zona de Zárate y comienza a trabajar en los frigoríficos, rubro que agrupaba a miles de obreros. En ese duro contexto, forjó su honor proletario y su conciencia de clase, participando activamente en luchas reivindicativas y en gestos de solidaridad internacionalista.
En 1925, se afilió al partido del proletariado argentino: el Partido Comunista Argentino. Dos años más tarde, en 1927, protagonizó una huelga cargada de internacionalismo proletario, en solidaridad con Sacco y Vanzetti, frente al Sindicato de Oficios Varios de Zárate. A su lado comenzaba a asomar otra figura histórica del movimiento obrero: el camarada José Peter.
Ambos dirigentes llevaron adelante un paro nacional con la participación de 4.000 trabajadores. La huelga logró detener buena parte de la producción local, gracias a una organización caracterizada por disciplina ejemplar, bloqueos, detección de carneros y agitación constante.
En 1928, Arnedo organizó al proletariado de Zárate y encabezó una manifestación frente a la Municipalidad con demandas reivindicativas. Ante la negativa del Ejecutivo, más de 5.000 obreros, con Arnedo Álvarez a la cabeza, tomaron el edificio comunal. Estas acciones evidenciaron la entrega revolucionaria del dirigente y el papel del Partido Comunista en el movimiento obrero.
Fue partícipe principal en la creación de la Federación Obrera de la Industria de la Carne (FOIC), que alcanzó un gran desarrollo político e ideológico. Pero en 1930, el golpe de Estado contra Hipólito Yrigoyen interrumpió ese proceso. Arnedo y Peter fueron encarcelados y enviados a Ushuaia, y los grupos de base empujados a la clandestinidad.
Un cuadro de firmeza revolucionaria
La historia de Arnedo Álvarez es de coraje revolucionario, honor proletario, orgullo comunista y ejemplo bolchevique. Aunque su trayectoria excede los márgenes de una sola nota, desde el Partido Comunista Argentino asumen la tarea de difundir su legado a las futuras camadas de combatientes revolucionarios.
En el Esbozo de la Historia del Partido Comunista, se refleja esa firmeza revolucionaria:
“El concepto del honor que representa el ser afiliado al Partido Comunista y el de la lealtad a la clase obrera, penetró hondamente entre los miembros de nuestro Partido que, perseguidos con saña feroz durante el período de la dictadura uriburista-justista, lucharon de manera incansable y decidida en medio de tremendas dificultades, para impedir la consolidación del régimen dictatorial militar-fascista, por las libertades democráticas, por la legalidad de nuestro Partido y en defensa de los intereses de la clase obrera y del pueblo.
Nuestro Partido pasó por esta prueba de fuego con todo honor proletario.
Los afiliados que cayeron en las garras de la reacción oligárquico-fascista, sometidos a las torturas más bestiales infligidas por la tétrica Sección Especial, mantuvieron en alto el nombre y la bandera del Partido Comunista, que se templó en esta lucha.
Exponente de esta entereza revolucionaria y de dignidad proletaria fue el camarada Arnedo Álvarez, más tarde Secretario General de nuestro Partido.”
Pensamiento y dirección
Como organizador de masas y cuadro del Partido, Arnedo dejó enseñanzas profundas sobre el rol de los comunistas en la lucha política y reivindicativa, en una relación dialéctica con las masas obreras y populares. Así lo expresaba:
“Para cumplir con éxito esta tarea, es preciso que todo el Partido tenga una extremada sensibilidad política, que se considere movilizado permanentemente, y que aproveche las situaciones favorables para movilizar y organizar a las masas y para asestar los golpes decisivos al enemigo. Para eso, es preciso prestar más atención a la organización de las luchas reivindicativas de los diversos sectores de la población, y ligar esas reivindicaciones específicas a la lucha general.
La línea general del Partido tendrá éxito en su aplicación, en la medida que se sepa aplicarla de manera concreta y viva a las condiciones particulares del lugar en que se actúa, a la característica social de la gente susceptible de ser movilizada y organizada para la lucha.
Para eso es preciso imponerse minuciosamente de las necesidades que siente la clase obrera y la población laboriosa, dando importancia especial a la lucha por sus reivindicaciones aparentemente más pequeñas.
Hay que partir del principio de que no existen grandes y pequeños problemas, sino que unos y otros se complementan. Una pequeña reivindicación, la movilización y organización del sector interesado en su realización, puede ser el resorte para poner en movimiento a una masa considerable del pueblo.”
Desde fines de los años 30, Arnedo asumió la dirección del Partido. Con errores propios de la época, pero con una visión clara: construir un gran Partido Comunista, para la toma del poder, desarrollado en todos los frentes y dispuesto a llevar la lucha hasta el final por el socialismo en Argentina.
Reconocimientos internacionales y legado
Su militancia fue reconocida por los países socialistas. En 1972 recibió la Orden de la Revolución de Octubre de la URSS. En 1977, fue distinguido con la Orden de la Amistad de los Pueblos, y ese mismo año, la República Democrática Alemana le otorgó la Orden Karl Marx.
Gerónimo Arnedo Álvarez es un ejemplo de comunista probado en la teoría y en la práctica, y una de las figuras que engrandecen la historia del Partido Comunista en Argentina.
Bandera viva de lucha
La historia del Partido Comunista Argentino es inseparable de la historia del movimiento obrero. El legado de Arnedo sigue vivo en los obreros y obreras de nuestro país, y en su partido, el Partido Comunista.
El mayor homenaje será cuando la clase obrera cumpla su papel histórico: la toma del poder y la construcción del socialismo-comunismo.