Por la célula de Filosofía y Letras de la UBA
El pasado miércoles 21 de febrero, cientos de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires llevaron a cabo un cacerolazo en el barrio de Caballito con el objetivo de denunciar la ofensiva contra la educación pública que encabeza el gobierno nacional y que ha llevado a las universidades de nuestro país a una situación crítica. Bajo la consigna de “Por la triplicación del presupuesto universitario, boleto educativo y salario digno para docentes y no docentes”, la acción fue convocada por el Centro de Estudiantes de Filosofía Y Letras (CEFyL) y contó con la adhesión del Centro de estudiantes de Artes Audiovisuales (UNA), el gremio docente Ademys, las asambleas barriales de Parque Chacabuco, Flores, Almagro y Paternal y la coordinadora Unides por la Cultura, además de contar con la presencia de la célula del Partido Comunista Argentino de Filo UBA.
Cientos de estudiantes marcharon desde la facultad hasta la intersección de Acoyte y Rivadavia, donde la movilización confluyó con el cacerolazo de la Asamblea del barrio, que todos los miércoles se manifiesta en ese mismo punto.
Esta iniciativa representa un necesario paso en la organización de los estudiantes universitarios que, junto con los trabajadores docentes y no docentes, hoy nos enfrentamos al brutal plan del gobierno ajustador de Javier Milei, Patricia Bullrich y Luis Caputo. A las puertas de una nueva cursada, las universidades públicas de todo el país no pueden garantizar el normal desarrollo del año académico debido a la decisión del Ejecutivo nacional de postergar la actualización de las partidas presupuestarias, pretendiendo otorgar el mismo presupuesto del año 2023. Esta decisión implica que las universidades deberán hacerse cargo de los gastos que hacen al mantenimiento de las infraestructuras, pago de salarios, becas y programas de apoyo, etc, con un presupuesto que apenas alcanzaría para dos o tres meses de cursada.
Hace tiempo que la situación de la mayoría de los estudiantes es delicada, siendo cada vez más costoso poder solventar los gastos que implica el estudio, especialmente el transporte, que, si se tiene en cuenta el valor del boleto, por si sólo supera el monto de $20.000 al que pueden acceder los estudiantes a través de las becas Progresar.
Por otro lado, se pretende imponer a los docentes y no docentes la destrucción total de su salario, ofreciéndoles una actualización del 16%, de los cuales 10 puntos correspondían a lo acordado en la paritaria anterior, cuando la inflación acumulada entre diciembre y enero sobrepasa el 51%. Tanto el Consejo Interuniversitario Nacional como el Consejo Superior de la UBA han manifestado ya el carácter crítico, si no es que terminal de la situación, y buscan vías de diálogo con un gobierno que aún no ha emitido ningún tipo de declaración al respecto.
Este recrudecimiento del ajuste a la educación pública, a dos meses del comienzo del nuevo gobierno, es una muestra más de su verdadera cara y sus intenciones de avanzar contra la clase trabajadora y el pueblo argentino. Así mismo, desde el Partido Comunista Argentino y la Federación Juvenil Comunista – Argentina llamamos a profundizar la organización de los estudiantes que, junto a los trabajadores de la educación, deben enfrentar abiertamente en las calles el avance contra la educación.