Comunicado del Comité Central del Partido Comunista Argentino
Esta semana, los trabajadores y el pueblo argentino hemos recibido una nueva muestra del desprecio del gobierno por los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Por cuarta vez en lo que va de su mandato, el presidente Javier Milei recurrió al poder de veto, esta vez de forma simultánea contra tres proyectos de ley aprobados en el Congreso. Entre ellos, se incluyen iniciativas que buscaban mejorar las condiciones de vida de los jubilados y establecer un marco de emergencia para las personas con discapacidad.
El gobierno vuelve a castigar deliberadamente a dos sectores que, en los últimos meses, se han organizado para denunciar las condiciones de miseria a las que son sometidos como consecuencia del brutal ajuste impulsado por Milei y Villarruel. Rechaza así el legítimo reclamo de las personas con discapacidad y sus familias, que denuncian el abandono del Estado y las condiciones de vida indignas, al igual que el de los trabajadores del sector, que exigen el reconocimiento de su labor y sufren la precarización constante. A su vez, niega una vez más cualquier intento de recomposición para nuestros jubilados, incluso medidas parciales que no alcanzan a revertir la situación de indigencia estructural a la que son empujados. Y veta la restitución de la moratoria previsional, dejando sin acceso a la jubilación a miles de trabajadores que fueron excluidos de la cobertura de la ley laboral.
Pero el Ejecutivo no actúa solo. Esta ofensiva contra los derechos populares cuenta con la complicidad de una parte del Congreso. Diputados y senadores que con su voto le otorgaron facultades delegadas, que apoyaron la Ley Bases y que levantaron la mano en cada paquete de ajuste contra el pueblo argentino, son también responsables de este rumbo.
Además de los parlamentarios peronistas, radicales, PRO, y de partidos provinciales, hay una directiva clara del Fondo Monetario Internacional, quien es el que dirige en gran parte el plan económico, de que el ajuste recaiga sobre los trabajadores, jubilados, y demás sectores del pueblo trabajador argentino. El FMI es claramente gran parte del problema, y sus empleados, Caputo, Sturzenegger, entre otros, son quienes ejecutan es plan de miseria y hambre.
Las imágenes de represión brutal se repiten semana tras semana frente al Congreso, donde jubilados, discapacitados y sus familias son violentamente atacados por ejercer su derecho a la protesta. Esta represión es posible porque, frente al ajuste, la entrega y el autoritarismo, no existe una oposición política real que represente los intereses de la clase trabajadora. En su lugar, predomina una estrategia parlamentarista impotente, que reduce la lucha a maniobras legales sin fuerza ni correlato en las calles. Este camino no sólo es inútil, sino funcional al mismo régimen que dice combatir.
Desde el Partido Comunista Argentino denunciamos no sólo la crueldad y el carácter antiobrero del gobierno de Milei, sino también el cinismo de quienes se presentan como oposición en el Parlamento mientras abandonan la lucha callejera o la vacían a la primera oportunidad. No hay salida posible para nuestro pueblo si seguimos depositando esperanzas en sesiones legislativas o en futuras elecciones, mientras millones padecen hoy las consecuencias directas de la motosierra neoliberal.
Es urgente reconstruir la organización popular desde abajo, coordinando las luchas en curso para derrotar el plan de los monopolios. Nuestra clase tiene que avanzar de forma decidida en las calles, con unidad, con claridad política y con la certeza de que sólo la movilización y la organización podrá detener este proceso de empobrecimiento, entrega y represión. Sólo así podremos transformar las luchas dispersas en un gran movimiento de lucha nacional que represente verdaderamente los intereses de los trabajadores y el pueblo argentino.