Declaración del Comité Central del Partido Comunista Argentino sobre la condena a CFK
Hace pocos minutos se conoció el fallo de la Corte Suprema sobre la Causa Vialidad, que condena a Cristina Fernández de Kirchner y que demuestra la pugna entre las distintas facciones de la burguesía: la que está insertada en el Estado, que usa el Poder Judicial a su manera y según sus intereses; y la facción peronista, que viene jugando un rol de colaboración con el Poder Ejecutivo, pero que, a la vez, libra una puja según sus intereses.
Los comunistas sabemos muy bien que la burguesía, hasta en sus luchas internas, usa al Poder Judicial, el cual también tiene como interés el de la clase capitalista, para poder actuar según su conveniencia, sus intereses y su plan en un momento determinado.
El Poder Judicial es el poder legal de la burguesía y, según su lucha interburguesa entre las distintas facciones de la misma, pugna por una o por otra, pero siempre en beneficio de los capitalistas y sus representantes. El conflicto en pugna es un conflicto de clase, entre capitalistas, por lo cual la clase obrera no tiene intereses en juego dentro de este panorama.
Nos parece errado que desde ciertos sectores de “izquierda” salgan a solidarizarse con Cristina Fernández, ya que hablan de “proscripción” cuando en realidad lo que vemos son distintos agrupamientos burgueses utilizando sus mismas reglas de justicia burguesa para poder mejorar sus posiciones en las disputas electorales y de poder dentro de la democracia liberal-burguesa.
Nuestra clase, la clase obrera, no debe tomar partido en esto, pues nuestros intereses no están en juego. Nuestros explotadores se disputan, se juzgan, manipulan la justicia, rompen las reglas impuestas por ellos mismos en pos de asegurarse un lugar en el poder, para, en fin, insertarse —o seguir insertados— en el Estado y continuar dándole vida al capitalismo, sostener este modo de producción y continuar con la explotación que sufrimos diariamente.
La solidaridad de los comunistas no es con la burguesía, ya que la clase capitalista es la que queremos derrocar. Es nuestra clase antagónica. Nuestra solidaridad es con nuestras hermanas y hermanos de clase, que muchísimas veces han sido juzgados por este Poder Judicial inmundo por luchar, o ha encubierto el asesinato de obreros luchadores durante todos los mandatos de la clase explotadora, como fue el caso de Facundo Molares, de Mariano Ferreyra y de tantos compañeros que han sido perseguidos, asesinados, encarcelados bajo los distintos gobiernos. Con ellos es nuestra solidaridad, por ellos nos movilizamos, por ellos luchamos en la primera línea, por nuestra clase, no por nuestros explotadores.
Eso refuta el dicho de “Si vienen por Cristina, vienen por vos”, como si el campo de los luchadores, si los pobres de nuestra Patria, no hubiéramos sido víctimas del Poder Judicial. Lo venimos siendo desde hace años. Ya vinieron por nosotros. Por eso, la clase obrera no tiene que caer en el juego que nos quiere hacer creer que debemos tomar partido por un sector o por otro. Por el contrario, los trabajadores debemos mantenernos independientes, porque con nuestros enemigos no puede haber solidaridad, ni alianza, ni camino posible.
Concentrar fuerzas en defender a Cristina Kirchner es volver a quedar atrapados bajo la bandera del peronismo, la bandera de una facción de la burguesía, colocarnos como furgón de cola de una de las expresión del capital, ser usados como sus peones. En lo que hoy debemos concentrar fuerza es en luchar contra el gobierno de Milei-Villaruel, en concentrar fuerzas para derrocar el sistema capitalista con una oposición obrera y popular.
El Partido Comunista llama a toda la clase obrera a mantenerse independiente. Los intereses del Poder Judicial, de la facción encabezada por Macri, del Estado Nacional encabezado por Javier Milei y Victoria Villarruel, y de la facción encabezada por Cristina Fernández de Kirchner, no son nuestros intereses. La tarea que tiene por delante la clase obrera es inmensa, y requiere de organización activa y consciente. Es fundamental promover e incentivar las luchas en todos los frentes: en cada territorio, en cada lugar de estudio, de trabajo, de vida. Lo central que tenemos como tarea actual es coordinar las distintas luchas populares que desata nuestra clase contra el Plan Motosierra. En cada espacio hay que debatir y construir colectivamente un plan de lucha, con puntos programáticos que nos permitan avanzar, consolidar la unidad de la clase obrera. La unidad que necesitamos es la de quienes luchan contra el poder, contra la clase dominante, contra el Estado burgués y sus instituciones. Sólo desde la organización consciente de quienes pelean podemos forjar una fuerza capaz de transformar la realidad.
Nuestro interés táctico es el aumento de salario, frenar el ajuste criminal y el endeudamiento del país que lleva adelante LLA, la defensa del patrimonio nacional, entre tantos otros. Y nuestro interés estratégico es la toma del poder, acabar con este sistema de hambre y explotación, y construir una sociedad sin clases, donde se produzca en interés de la mayoría: el socialismo-comunismo.