107 años de la gran Revolución Socialista de Octubre

Un año más de aquel acontecimiento que cambió el rumbo de la humanidad. 107 años del día en que el proletariado derrocó a la burguesía y empezó a construir el poder obrero.

La Gran Revolución Socialista de Octubre abrió paso a la transición del capitalismo al socialismo, y por primera vez en la historia se abolió la explotación del hombre por el hombre. La revolución de Octubre demostró que la doctrina científica de Marx, Engels y Lenin era cierta y poderosa, que era posible derrocar a la burguesía y transitar a otro modo de producción y a otra sociedad, donde fueran abolidas las relaciones capitalistas y la relación entre capital y trabajo. A la vez se demostró la superioridad abrumadora entre la sociedad socialista que se empezó a construir, en comparación con los países capitalistas: con los obreros en el poder, toda la población soviética tenía garantizado el pleno empleo, la salud gratuita y de calidad, educación pública y gratuita, donde el Estado obrero abastecía a todos los estudiantes de sus útiles y materiales necesarios para el estudio; además de que todos los servicios básicos estaban asegurados para el pueblo soviético.

La Unión Soviética logró erradicar el analfabetismo, y, a su vez, abolió el desempleo, logros que sólo tuvo el poder obrero y que ningún país hoy puede jactarse de haber alcanzado. En la Unión Soviética, según un censo de 1970, más de tres cuartas partes de la población trabajadora de las ciudades y el 50% de los obreros de las áreas rurales, habían finalizado una educación media o superior, mientras hoy en la Argentina capitalista de Javier Milei más del 52% vive en la pobreza y 1 de 4 jóvenes es indigente.

Los argentinos tenemos el alto honor de que inmediatamente después de la Gran Revolución Socialista de Octubre hayan sido los trabajadores de Argentina los primeros en construir un Partido Comunista en América Latina. Los bolcheviques llegaron al poder luchando contra la guerra imperialista, y una de las primeras medidas que tomaron una vez conquistado el poder fue sacar a Rusia de la guerra, mientras los comunistas argentinos nos forjamos luchando contra la guerra, rompiendo con los reformistas del Partido Socialista que se posicionaban junto a uno de los bloques de tiburones imperialistas.

Hoy en día, en medio de la lucha por la primacía de la pirámide imperialista mundial, que se traduce claramente en las pujas entre los bandos imperialistas, como la guerra en Ucrania entre Rusia y la OTAN, o el conflicto en África, y también Medio Oriente, las enseñanzas de la Gran Revolución Socialista de Octubre nos guían en no posicionarnos junto a ningún bloque imperialista, por el contrario, nos encaminan a combatirlos por igual y a solidarizarnos con la clase obrera de los países en conflicto. Los bolcheviques nos enseñaron la posición de independencia de clase y a no ponerse como furgón de cola de ningún proyecto capitalista-imperialista, y ésas son las banderas que recogemos hoy los comunistas argentinos.

A 107 años, la llama de Octubre sigue guiando el camino de los trabajadores del mundo, y sigue afirmando que la única salida es la toma del poder por parte de la clase obrera, único sujeto social que puede llevar adelante tal tarea, además de la importancia del Partido Comunista en esta ardua tarea de organización y conducción del movimiento de masas como el Partido de vanguardia del proletariado. Mientras que también nos sigue afirmando que la planificación central, el control obrero, la socialización de los medios de producción, son las medidas que romperán el yugo al que está atada la clase obrera en Argentina y en el mundo, y por ese camino marchamos los comunistas argentinos para conquistar el poder en nuestro país, para construir una sociedad sin clases, donde no exista la explotación del hombre por el hombre y donde se produzca en pos de las necesidades de las mayorías, y ese modelo a construir es el socialismo-comunismo que la Gran Revolución Socialista de Octubre nos ha mostrado que es posible.