El gobierno de Javier Milei continúa la profundización del ajuste, la entrega y la represión; mes a mes, las condiciones de vida de la clase trabajadora sufren un fuerte deterioro, mientras día a día la desesperación producida por no llegar a fin de mes se vuelve una realidad ya común. Todavía este malestar no es generalizado, o, por lo menos, el gobierno nacional no es identificado como el principal responsable, ya que éste, junto a los medios de comunicación, apuestan al discurso de “la pesada herencia”, mientras las corrientes burguesas, como el peronismo y el radicalismo, se inclinan a expresar que “hay que esperar” o que “hay que darle tiempo”. Esto, sin duda, va promoviendo y tiene como objetivo la desmovilización, pero entendemos que no será para siempre, ya que debe llegar el momento —y los comunistas debemos trabajar para eso— en que nuestra clase ya no tolere vivir de la manera en la que estamos viviendo actualmente, y que la burguesía ya no pueda seguir sosteniendo el nivel de vida que lleva a costa del robo de lo socialmente producido. Es preciso plantearnos, tanto como clase obrera y desde el Partido Comunista Argentino, alcanzar ese momento, con el objetivo de no permitirle a la burguesía seguir viviendo de la manera en la que lo hace, y la única forma de alcanzarlo es a través de los trabajadores arrancándole todos y cada uno de sus privilegios.
Uno de los puntos que debemos identificar como clase es la entrega de los recursos y los resortes estratégicos de nuestro país a distintos monopolios; el saqueo absoluto de nuestro suelo que está llevando adelante Javier Milei debe ser frenado por los trabajadores y sus aliados. Cuando el peronismo llama a la clase obrera a no movilizar o a esperar los tiempos de la democracia burguesa, significa que pretenden que los trabajadores le demos gobernabilidad y no protestemos de ninguna manera contra el gobierno, mientras los monopolios arrasan con nuestro país. La posición de la clase obrera y de los comunistas debe ir en sentido contrario: debemos frenar el saqueo capitalista-monopolista de nuestro suelo y defender el patrimonio nacional, no en un sentido chovinista, sino en un sentido revolucionario, porque los recursos de nuestro suelo pertenecen a la clase obrera y el pueblo argentino, no a ningún burgués local o extranjero. Con la aprobada Ley Bases —a la que el peronismo y el radicalismo le pusieron los votos— avanza este plan de entrega, y uno de los primeros pasos que están dando es la privatización de cuatro centrales hidroeléctricas: Nucleoeléctrica Argentina, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, Enarse, e Intercargo. Por otro lado, podemos ver cómo el gobernador entrerriano Frigeiro se ha reunido con el embajador estadounidense, Marc Stanley, ya que está interesado en avanzar en la concesión de la hidrovía Paraná-Paraguay.
La pérdida de soberanía o indiscriminada entrega, no sólo se da a través del saqueo de los recursos, sino también en el injerencismo que está llevando adelante el eje imperialista EE. UU – OTAN – Israel. Hay varios ejemplos de esto, como cuando el gobierno de Javier Milei aprobó el desembarco de militares de Estados Unidos para realizar ejercicios militares en la Hidrovía, un acuerdo que no pasó por el Congreso. No es casualidad que los EE. UU estén interesados en instalarse en el Río Paraná, donde transita la mitad de la proteína vegetal que alimenta al mundo. Por otro lado, Milei también firmó un acuerdo con el Mossad y la CIA para que puedan hacer inteligencia en la triple frontera, con el supuesto fin de “prevenir y combatir el terrorismo”. A la vez, en Córdoba, se anunció la creación de un grupo de élite llamado Grupo de Operaciones Conjuntas, a través del cual policías nacionales y provinciales recibirán entrenamiento de la DEA. Sin mencionar, lo que ya veníamos denunciando en los anteriores números de Orientación: el gobierno nacional anunció una base naval conjunta con Estados Unidos, que coincidió con la visita de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, y también con el pedido de Luis Petri para ingresar como socio de la OTAN. Queda en claro que la pérdida de soberanía, la entrega y el injerencismo es total, y que el gobierno nacional no tiene planes de detenerse.
Ante el saqueo capitalista del gobierno de Javier Milei tendremos que impulsar la defensa de nuestro territorio, de nuestra soberanía, frenar la entrega de nuestro país a los monopolios, y en este sentido debemos lograr la unión de la lucha reivindicativa con la lucha política por el socialismo. Porque la soberanía no vendrá de la mano de ningún gobierno de la burguesía, no lograremos conseguir beneficios para la clase obrera con ninguna reforma en los marcos del capitalismo. Debemos poner los esfuerzos en la lucha contra este gobierno entreguista, con la visión puesta en la toma del poder, en la Revolución Socialista, en la construcción del socialismo-comunismo, que es el único sistema donde lo producido será destinado a las necesidades de las mayorías, donde ningún monopolio local y extranjero –porque no existirán– podrá saquear nuestro suelo. Por eso nuestro esfuerzos deben también estar en detener el saqueo de los monopolios, para avanzar en construir la Patria Socialista por la que luchamos.