El 25 de febrero de este año se cumple un nuevo aniversario de la muerte de nuestro camarada Alfredo Varela. Nacido el 28 de septiembre de 1914, fue escritor y periodista; se integró a las filas de nuestro Partido en la década del 30, comenzó formando parte de la fundación en 1935 de la “Agrupación de Jóvenes Escritores Proletarios” y tuvo una participación en la huelga de la construcción de 1936. La Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores (AIAPE), dirigida por Aníbal Ponce y nacida al calor de la lucha contra el fascismo, funcionó como un polo de atracción para un conjunto de intelectuales, entre los que se encontraba el camarada Alfredo Varela.
Sus obras siempre se inspiraron en las problemáticas de la clase obrera de nuestro país, siempre con una mirada guiada por el marxismo-leninismo, relatando sus crónicas de viaje por los países socialistas y con un espíritu patriota que tanto nos caracteriza a los comunistas. Entre sus obras se encuentra “Poema Abono inagotable”, donde relata y enaltece a todos los camaradas caídos en la lucha por el socialismo, que hoy son abono inagotable para las luchas venideras, una obra que todo obrero y todo militante comunista debe leer; también escribió “Jorge Calvo, una juventud heroica”, donde cuenta la vida y obra de uno de nuestros mayores mártires caídos bajo la metralla del naziperonismo, quien fue Secretario General de La Fede y, valientemente, dio su vida por el Partido y el socialismo-comunismo. Otra gran obra de Alfredo Varela es la novela documental “Güemes y la guerra de los gauchos” que todo obrero y comunista patriota debe leer. Su obra más conocida fue la novela “El río oscuro”, que relata la explotación en los yerbatales que sufren los mensúes en el norte argentino y en el Paraguay.
En 1952, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el camarada Alfredo Varela es detenido, con la excusa de que había orinado frente a una Embajada, pero claramente era por ser un firme comunista. Mientras Alfredo estaba entre los barrotes peronistas, Hugo del Carril intercede frente a Perón para que liberen a nuestro camarada, ya que Hugo del Carril pretendía llevar la novela “El Rio Oscuro” al cine, y finalmente logra las dos cosas: la liberación del Alfredo Varela y llevar a la pantalla grande la novela de nuestro camarada.
El Rio Oscuro fue traducido en 16 idiomas alrededor del mundo, fue mundialmente conocido y popularizó en todo el planeta la explotación de los trabajadores de la yerba en el noroeste argentino, y en el mismo, 1952, Hugo del Carril adaptaría el texto con ayuda de Varela y escribirían el guion para la película Las aguas bajan turbias, que es la película basada en la novela “El Rio Oscuro”, hoy clásico del cine argentino.
La novela se desarrolla en tres planos: por un lado, la historia del mensú, trabajador de los yerbatales, llamado Ramón; por otro, llamado “En la trampa”, presenta un conjunto de testimonios dados por personajes que parecen separados de la historia central, a lo que suma una descripción del paisaje y los animales; y, por último, “La conquista”, muestra el modo en que los dueños de las empresas se posesionan del territorio y de la vida de los hombres.
Los tres planos confluyen hacia un mismo punto. Varela lo resuelve de un modo esperanzador: describe una insignificante luz de un farol en un rancho miserable, una luz que simboliza la esperanza.
Alfredo fue un militante activo desde su ingreso al Partido, tuvo varias responsabilidades partidarias, participó en el Congreso Mundial de Intelectuales por la Paz en Polonia, tuvo un rol protagónico en Consejo Mundial de la Paz, y llegó a ser su Secretario y Vicepresidente.
En 1972 recibe en la Unión Soviética el Premio Lenin de la Paz, y en 1974 recibe la Orden de la Amistad de los Pueblos.
Durante la última dictadura militar, como todos los miembros del Partido, sufrió la persecución, uno de sus hijos fue secuestrado y torturado, el cual posteriormente fallecería a causa de las salvajes torturas.
El camarada Alfredo Varela fue un comunista ejemplar, fiel a su Partido, al marxismo-leninismo y a la clase obrera, lo ha demostrado en la teoría y en la práctica, y como los legítimos herederos de la historia partidaria, debemos levantar su obra y su vida para que no quede borrada, porque la historia de Alfredo Varela es parte de la historia del Partido Comunista Argentino, y la historia del Partido Comunista Argentino es la historia del movimiento obrero en nuestro país.