El 21 de enero del año 1897 nacía uno de los gigantes del comunismo argentino, periodista y profesor de Historia, gran agitador, orador y propagandista, bolchevique criollo, probado en la teoría y en la práctica; nacía uno de los fundadores del Partido Comunista Argentino, el camarada Rodolfo Ghioldi.
A temprana edad se volcó por las ideas socialistas, integrándose al Partido Socialista, y en el año 1916 fue elegido como parte de la Dirección de la Federación de Juventudes Socialistas. Ese mismo año las Juventudes Socialistas editaron su Órgano de prensa llamado “Adelante”, donde Rodolfo tuvo un papel protagónico.
Al estallar la Gran Guerra en Europa, las discusiones se aceleraron en el seno del Partido Socialista, ya que el grupo de diputados socialistas votaron en el Congreso de la Nación la ruptura de relaciones de Argentina con Alemania, poniéndose de un bando imperialista. Mientras Rodolfo Ghioldi, junto a otros socialistas revolucionarios, sostenía que la guerra era una guerra imperialista y que los revolucionarios no se debían posicionar bajo ningún bando, ya que la única perjudicada era la clase obrera de los países en guerra.
A causa de las tensiones entre el ala izquierda del PS y el ala de derecha, la dirección del Partido Socialista llamó a un Congreso Extraordinario, en el cual el ala revolucionaria, en donde se encontraban Rodolfo Ghioldi, José F. Penelón, Victorio Codovilla, entre otros, se impusieron ante la dirección oportunista. El grupo parlamentario y la dirección del PS no cumplieron con las resoluciones del Congreso Extraordinario, lo cual significó que las contradicciones entre las dos tendencias se intensificaran aún más.
Pocos meses después los socialistas revolucionarios lanzaron su propio periódico titulado “La Internacional”, en el que el camarada Rodolfo Ghioldi participó de su Directorio.
Meses más tarde, el 5 y 6 de Enero de 1918, ya habiendo triunfado el poder obrero en Rusia y al ver la bancarrota del Partido Socialista, el ala revolucionaria e internacionalista decidió poner en pie al destacamento de vanguardia del proletariado argentino, y fundó, en el Salón del Teatro Verdi de La Boca, el Partido Socialista Internacional, que poco tiempo más tarde pasaría a llamarse Partido Comunista. Aunque Rodolfo no pudo asistir al Congreso por enfermedad, es uno de los fundadores de nuestro glorioso Partido y uno de los cuadros más grandes del comunismo nacional y regional.
Rodolfo pasó a ocupar un rol central en la construcción del Partido Comunista en nuestro país. Llegó a la URSS el 29 de mayo de 1921, y participó de las deliberaciones del III Congreso de la IC, con voz, pero sin voto, llevando también el saludo de los comunistas del Uruguay. Conoció personalmente a Lenin y demás líderes del comunismo internacional. Asistió como delegado de la Federación de las Juventudes Comunistas de Argentina al II Congreso de la Internacional Juvenil Comunista (IJC) (1921) y como delegado del CC de los grupos comunistas sindicales al Congreso de la Profintern (1921).
Además de ser elegido como Secretario General del Partido Comunista Argentino, era también Secretario del Buró de Propaganda del Komintern en Sudamérica, contribuyó a constituir los Partidos Comunistas en el Cono Sur. Viajó en 1922 a Montevideo, contribuyendo a constituir el Partido Comunista del Uruguay (PCU). Ese mismo año viajó por primera vez al Brasil para estudiar la situación de los comunistas, contribuyendo en 1922 a la admisión del PCB en la IC.
Fue elegido miembro del Secretariado Sudamericano de la Internacional Comunista después de su reorganización, siendo cooptado en las reuniones celebradas entre el 29 de junio y 2 de julio de 1928 y asumiendo la tarea en la dirección de su Órgano: La Correspondencia Sudamericana.
El camarada Rodolfo Ghioldi, además de ser director de “La Internacional”, el primer Órgano de nuestro Partido, tras su ilegalización se convirtió en director del nuevo Órgano del Partido, Bandera Roja, hasta su clausura por el gobierno de Agustín P. Justo.
Como decíamos anteriormente, el camarada Rodolfo Ghioldi, fue un gigante del pensamiento y de la acción, una de las mentes más brillantes de la historia partidaria, y, como bolchevique probado, demostró con las acciones lo que pensaba y profesaba, y un claro ejemplo de esto fue su labor internacionalista en Brasil.
En noviembre de 1935 se produjo una insurrección militar en Brasil contra el gobierno de Getulio Vargas, dirigida por el camarada brasileño Luis Carlos Prestes. Ghioldi, junto con Prestes y el camarada alemán Arthur Ewert formaron una dirección clandestina para llevar adelante con éxito la insurrección. Sin embargo, esta insurrección fracasó, y los camaradas Rodolfo Ghioldi y Carmen Alfaya, quien era su compañera de vida, fueron detenidos el 23 de enero de 1936 en Río de Janeiro. Fue sometido a las más crueles torturas que le dejaron secuelas de por vida, y fue condenado por un tribunal militar, donde él mismo realizó su defensa. Cumplió 4 años y 4 meses de prisión en las peores condiciones en la Isla de Fernando de Noronha, y en 1940 fue liberado. Llegó al puerto de Buenos Aires el 29 de octubre de ese mismo año, donde es esperado por una multitud de camaradas para recibirlo como el gran revolucionario que era.
Al regresar al país, se le designó la tarea de director del Órgano Central de Partido, el periódico “La Hora”, hasta que es ilegalizado tras el golpe militar fascista de junio de 1943, en el cual tuvo un rol central el Coronel Juan Domingo Perón.
Con la intención de construir un Frente Antifascista y Democrático, el Partido impulsó con otras fuerzas democráticas reuniones para avanzar en este frente, entre ellas, la Unión Cívica Radical, en las cuales participaron Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi en representación del Partido. Concluida una de esas reuniones, al salir de la Casa Radical, ambos fueron detenidos. Al camarada Victorio Codovilla lo trasladaron a un penal en La Pampa, y al camarada Rodolfo Ghioldi, a una cárcel en Río Ceballos.
Después de recuperar la libertad, Rodolfo se trasladó a Montevideo, donde comenzó a editar el periódico “Pueblo Argentino”, el cual ingresaba clandestinamente a nuestro país.
Después de dos años de exilio en Uruguay, el camarada Rodolfo Ghioldi retornó al país y es el principal orador en el acto que organizó el Partido en el Luna Park el 1ro de septiembre de 1945, También se puso al frente nuevamente del Órgano del Partido, “La Hora”, y colaboró intensamente con “Orientación”.
En las elecciones de 1951 el Partido presentó sus propias candidaturas y llevó como candidato a Presidente al camarada Rodolfo Ghioldi en fórmula con la camarada Alcira de la Peña. En medio de la campaña electoral, en la Plaza Sáenz Peña, Paraná, Entre Ríos, una banda fascista conducida por el alemán Rinkel y Juana Larrauri, líder de la rama femenina del peronismo -quien luego sería Senadora-, rompió el acto donde el camarada Rodolfo Ghioldi, junto a Amaro Villanueva, presentaban la candidatura del Partido que llevaba a Rodolfo en la fórmula presidencial. El ataque naziperonista terminó con Rodolfo herido de un tiro, aunque fuera de peligro. El combate dejó al camarada Londero herido y a dos peronistas atacantes muertos. El ataque fue repelido dándole muerte a Camilo Gonzales, uno de los atacantes, empleado de la Fundación Eva Perón.
En 1957, en el marco de la “Operación Carndenal”, en la que fueron clausurados locales del Partido Comunista y encarcelados numerosos dirigentes del Partido para ser alojados en un barco convertido en prisión flotante, fue detenido nuevamente el camarada Ghioldi junto a otros camaradas, como Osvaldo Pugliese, Emilio Trioise, Orestes Ghioldi, entre otros.
Tras su libertad, ese mismo año fue elegido como Convencional para la Convención reunida en Santa Fe para reformar la Constitucional Nacional, junto a la camarada Irma Othar y al camarada Pedro Tadioli.
Roldolfo Ghioldi desde 1953 hasta 1973, tanto en la legalidad como en la clandestinidad, dirigió el semanario Nuestra Palabra.
También representó al Partido Comunista Argentino presidiendo las delegaciones al XX y XXIV Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética. Además de ser designado como doctor honoris causa del Instituto del Movimiento Obrero Internacional de la Academia de Ciencias de la URSS en 1977, y condecorado en la Unión Soviética con la Orden de la “Revolución de Octubre” en 1972 y en 1977 con la Orden de la “Amistad de los Pueblos”.
La vida de Rodolfo es un ejemplo, una vida dedicada a la construcción del Partido y a la victoria del socialismo-comunismo, no dudó ni un minuto de su vida en arriesgar su pellejo por la noble causa de los pueblos del mundo. Todo obrero, todo estudiante, todo militante comunista debe aspirar a ser como Rodolfo, que, a pesar de la prisión, de la tortura, de las vejaciones, de la clandestinidad, nunca dejó de pensar en cómo construir el Partido para que juegue su rol histórico y sea el Estado Mayor del proletariado argentino para que de una vez por todas, sepultemos al capitalismo y construyamos una sociedad sin explotados ni explotadores.